
Esta secuela es un producto para deleitarse en escenarios del pasado durante un rato y compartir la felicidad de los sueños cumplidos de sus personajes. Repite la mayoría del elenco y cuenta con muchos toques de humor.
Esta secuela es un producto para deleitarse en escenarios del pasado durante un rato y compartir la felicidad de los sueños cumplidos de sus personajes. Repite la mayoría del elenco y cuenta con muchos toques de humor.
Con un clima semi documental, la segunda película de Carla Simón se convierte en una detallada mirada a un modo de vida que se va, mientras hace justicia a las personas que lo protagonizan.
Esta película de contornos políticos y deseos filosóficos se queda en un conato de reflexión. Su supuesta inspiración en una obra de Stefan Zweig es un espejismo, en medio de planteamientos simplistas y vacuos.
Un simulador muy completo, realista y exigente. Toda una oda al mundo del motor.
Cápsulas de un minuto sobre situaciones y personajes de la vida cotidiana que reflejan el aspecto de la sociedad actual.
Channing Tatum invita al espectador a un viaje por Estados Unidos junto a una entrañable compañera. Aunque parece una comedia ligera, proporciona diálogos interesantes sobre la muerte, el duelo y las consecuencias de la guerra.
Este relato simpático y escueto con un claro mensaje ecologista comienza con una premisa original. Sin embargo, no termina de funcionar por incongruencias narrativas y por un trasfondo moralista muy poco acertado.
A pesar de ser, en ocasiones, demasiado sensiblera y tragicómica, se trata de un gran trabajo técnico de reconstrucción del incendio, con una narración angustiosa que honra a las personas corrientes que ayudaron a sofocar el fuego.
Arthur Rambo sumerge a la audiencia en el mundo de Twitter para plantear una problemática real. Gracias a una correcta actuación protagonista y situaciones límite, invita a una necesaria reflexión sobre las redes sociales.