
La serie se basa en un formato clásico para iluminar a su audiencia sobre los comportamientos irracionales que nos rodean.
La serie se basa en un formato clásico para iluminar a su audiencia sobre los comportamientos irracionales que nos rodean.
Un thriller policíaco que conjuga la acción, la intriga y la sospecha, pero que no llega a alcanzar la meta por estirar y complicar demasiado la trama.
Una propuesta perturbadora donde la depravación, la falta de límites y de moralidad se instalan en las frías montañas de Polonia. Demasiado oscura y transigente para que se pueda disfrutar con tranquilidad.
Una segunda entrega que supera las expectativas. Los guionistas aprovechan los puntos fuertes de la serie y los exprimen al máximo.
Menos atractiva que su predecesora, esta segunda entrega sigue ofreciendo el lado más humano de un drama sobrevenido.
Esta precuela que se empieza a ver por su protagonista, se acaba viendo por el resto del elenco que participa. Ágil, entretenida y con algo de trasfondo.
Una serie que se inspira en una novela de Wattpad escrita por una chica de quince años. Teniendo esto en cuenta, no puede esperarse mucho de la trama de Mi vida con los chicos Walter ni del triángulo amoroso que nos propone.
Esta propuesta deja de brillar en cuanto se olvida de su propósito: un robo en tono de comedia. De diamante pasa a bisutería y acaba en el olvido.
La obsesión por el crimen y el negocio que generan las historias de violencia, no solo en los EE.UU. sino en muchas partes del mundo, son el motivo y el motor de esta disparatada comedia.
Este drama policial de la BBC aprovecha la evolución de los personajes para cautivar a su audiencia y hacer mucho más interesante la trama general.