
Las historias de magia y hechizos nunca pasan de moda. En esta, el compañerismo y el trabajo en equipo se convierten en la clave del éxito.
Las historias de magia y hechizos nunca pasan de moda. En esta, el compañerismo y el trabajo en equipo se convierten en la clave del éxito.
Una segunda entrega que despega tarde y en la que sobran metraje y algunas historias personales
Lindelof configura un contexto apocalíptico, a partir de un cómic de superhéroes, para poner en cuestión algunas coordenadas socio-políticas actuales. Su visionado supone esfuerzo para conectar tramas y algo de piel dura.
Esta segunda entrega mantiene el foco en unos superhéroes que son unos villanos sociópatas de gran calibre. Sigue el clima de violencia algo enfermiza, atemperado por una sólida narración y otros personajes con algo más de luz.
Esta continuidad del universo Marvel en otra serie de televisión, y en femenino, resulta entretenida para un espectador que no busque más que entretenimiento clásico. El elenco brilla especialmente.
Aventuras que ya nos suenan para un público algo olvidado por la televisión.
Un título que pasa desapercibido pero que cumple a la perfección su objetivo de entretener a una audiencia familiar.
Esta mierda me supera es una serie oscura y, por momentos, desconcertante sobre los dramas personales de una adolescente muy especial.
A caballo entre el terror adolescente de Stranger Things y la superficialidad de Sensación de vivir, Locke & Key se pierde por la falta de coherencia en las historias de los protagonistas.
Descarnada adaptación de las novelas de polaco Andrzej Sapkowski. The Witcher quiere pero no puede. Le falta elegancia, coherencia y buen gusto.