El deshielo

La oscuridad, la niebla y el frío de la ciudad costera Szczecin, en Polonia, se cuela por los recovecos del guion. En El deshielo, el asesinato de una joven y la desaparición del bebé que dio a luz antes de morir se entrelazan con la tragedia que lleva a cuestas su protagonista, la inspectora del cuerpo de policía Katarzyna Zawieja. Zawieja no logra asumir el suicidio de su marido, también policía, y se refugia en el trabajo para sobrevivir.

El drama pasa factura a su vida personal y la pequeña Hania sufre las consecuencias y la desatención de su madre. En este aspecto, las intervenciones de la niña no concuerdan con el tono más bien serio y elaborado de la serie. Sus aportaciones, lejos de dar credibilidad a la trama, resultan forzadas e impostadas. A esto, se añaden unos diálogos tediosos que no suman.

Sin embargo, y a pesar de estos baches, El deshielo pertenece a una categoría de posibles títulos para pasar el rato. En especial, para los amantes de la ficción nórdica. La trama se construye sin prisas, sin acción trepidante y sin esperar la aprobación de su audiencia. Cuenta con la profundidad de sus personajes y sus historias personales para atraparnos (aunque demasiado drama junto, a veces abruma). Y nos regala una temporada de superación, de introspección, de intriga y de intensa investigación policial.

Con una bella fotografía, un paisaje acorde con el drama y un estilo europeo que apuesta por la imagen, la pausa y los silencios, El deshielo no es para todos los públicos. Es solo para aquellos que disfruten navegando por las encrucijadas de la debilidad humana y de sus crueles consecuencias.

Firma: Mar Pons