Grand Mountain Adventure: Wonderlands Limited Edition

La crítica del principiante

Desde los míticos Cool Boarders de Psx, pasando por la saga Shaun White Snowboarding, SSX o el más reciente Steep, los juegos de esquí y snow siempre han sido muy divertidos, aunque más escasos de lo que nos gustaría. Ahora, nos llega esta propuesta indie distribuida por Meridiem. ¿Merece la pena?

Paseando por la montaña

Grand Mountain Adventure recoge el legado dejado por títulos como Steep, al que se asemeja en planteamiento -no así en lo visual-. Lo primero que llama la atención de esta propuesta es que podemos movernos con total libertad por el mapa. Es verdad que encontraremos zonas bloqueadas en un primer momento, pero acceder a ellas es parte del atractivo del juego.

Comenzamos eligiendo nuestra tabla o nuestros esquíes -a efectos prácticos no hay mucha diferencia entre ambas opciones-. Hecho esto, aparecemos en medio de una montaña repleta de retos por superar. Elegir uno u otro dependerá de lo que más nos apetezca en ese momento. Podremos bajar la ladera a toda velocidad para superar un tiempo marcado, descender siguiendo un trazado marcado por banderines, realizar técnicas especiales… Por lo general, los objetivos son variados, si bien a la larga acaban siendo algo repetitivos.

Cada escenario o montaña es considerablemente amplio, pero como decíamos, no está todo disponible desde el primer momento. Para llegar a ciertas zonas debemos completar ciertos desafíos. De este modo, nos recompensarán con “forfaits” que nos abrirán nuevos trazados.

Como veis, el planteamiento es simple pero no por ello repetitivo, al menos durante un buen puñado de horas. A esto contribuye el efectivo y sencillo control – con la palanca izquierda manejamos la dirección mientras que tenemos algunos botones para realizar piruetas- que hace que podamos disfrutar del juego independientemente de nuestra habilidad.

La exploración, por su parte, también es importante y necesaria. No todo se reduce a superar un reto tras otro, ya que algunos permanecen ocultos hasta que los descubrimos. Por ello, nos tocará escudriñar el mapa de arriba abajo.

Por otro lado, la ambientación está muy bien conseguida y ayuda a meternos en el juego. Es cierto que gráficamente no es nada del otro mundo y la vista cenital resta espectacularidad a los descensos, pero los entornos están muy bien recreados, repletos de detalle y de vida. Grand Mountain Adventure demuestra que la espectacularidad gráfica de Steep no es necesaria para transmitir buenas sensaciones jugables y disfrutar de un juego.

Conclusiones:

Por todo esto, Grand Mountain Adventure es una propuesta sencilla y sin demasiadas pretensiones pero que sorprende por su notable control y jugabilidad. Dista de ser el mejor referente del género -sobre todo lastrado por la vista cenital y una cámara poco flexible- pero nos entretendrá durante un buen número de horas. Dadle una oportunidad.

En cuanto a su contenido, es un título orientado a todos los públicos.