Roblox: ¿un espacio para menores?

Si tus hijos juegan a Roblox, ¿sabes a qué juegan? Existe la tendencia –errónea– de pensar que este es un videojuego como cualquier otro, con una trama fija, unos valores que analizar y, en definitiva, una realidad única. Pero lo cierto es que Roblox tiene de videojuego lo que Netflix tiene de serie: poco o nada.

En realidad, Roblox es una plataforma social de videojuegos, en la que los usuarios se registran y tienen a su disposición un catálogo amplísimo de juegos o “experiencias” (según el nombre oficial). Pero, ¿qué hace que Roblox sea distinto de Origin o Steam (plataformas a través de las que se compra y/o se juega)? La diferencia radica en que Roblox es el soporte de todas las fases del proceso: se desarrolla, distribuye y juega en la plataforma. Y es un modelo que tiene éxito: mensualmente agrupa a 200 millones de usuarios activos, según estimaciones de RTrack.

En efecto, este site pone a disposición de los usuarios las herramientas necesarias para desarrollar su propia “experiencia” y compartirla con otros. Pero esta creación es tan dependiente del código de Roblox, que es imposible exportarla a otras plataformas. Aún así, existen más de 20 millones de juegos en este universo: desde títulos de acción y aventura, hasta minijuegos, pasando por simulación. Hay contenido para todos los gustos y, aunque muchos comparten la peculiar estética de bloques en 3D que caracteriza a Roblox, también hay opciones con unos gráficos cuidadísimos.

Todo esto hace que sea un microecosistema cerrado al que nuestros hijos e hijas pueden conectarse, tener un perfil con el que probar todas las “experiencias” –algunas únicas–, y generar ellos mismos contenido para compartir o disfrutar solos. También pueden realizar microtransacciones para adquirir beneficios, cosméticos especiales o acceso a juegos de pago, comprando los llamados “Robux”. Sin olvidar la siempre presente vertiente social que caracteriza al site: donde de manera transversal pueden participar en chats públicos, crear grupos, guardar a otros usuarios como “amigos” y enviar mensajes privados.

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Todo tipo de títulos: simulación, horror, acción, fantasía…

Lo cierto es que la experiencia de cada miembro de la plataforma es distinta, porque la montaña de cosas que se puede hacer no se acaba. Evidentemente, existen títulos más populares que otros y que la mayoría han probado o conocen, como Brookhaven o Adopt me! Estas propuestas cuentan con centenares de miles de jugadores activos. Otros títulos son clásicos que, lejos de estar ahora en su momento de apogeo, acumulan un histórico de mil millones de visitas. Este es el caso, por ejemplo, de uno de los obbys (nombre que se da a los servidores donde se aloja un juego) más populares de parkour (género del juego), cuya mecánica consiste en superar niveles de obstáculos cada vez más difíciles.

Al ser Roblox un espacio social tan activo, una de las modalidades de juego más populares, y no nos sorprende, es también la social. Existen multitud de “experiencias” que permiten que los usuarios se inventen y finjan historias, en escenarios de lo más variados: desde fantásticos hasta de simulación de la vida real. Esto, en principio, parece inofensivo; es como jugar con muñecos. Sin embargo, el riesgo aparece cuando nuestros compañeros de ocio son millones de usuarios escondidos tras la pantalla.

Porque, a fin de cuentas, existen tres grandes riesgos en Roblox: que la plataforma se asemeja a una red social, que la posibilidad de que cualquiera pueda desarrollar un juego desemboca en un catálogo con todo tipo de contenidos (aunque se modera e intenta censurar el contenido sexual o romántico) y lo invasivo que es con las microtransacciones.

¿Cómo aplicar las herramientas de control parental?

No obstante, Roblox nos ofrece instrumentos para que como padres, madres y educadores podamos asegurar que la experiencia de los menores a nuestro cargo sea segura. Pero para poder llevar a cabo este control de manera efectiva, primero debemos aprender qué hacen en la plataforma. Preguntarles por los títulos a los que juegan, explorarlos con ellos para conocerlos nosotros también y familiarizarnos con la interfaz, nos ayudará a ver qué medidas es necesario implementar.

Si nuestro hijo o hija quiere navegar por el catálogo e ir probando nuevos juegos, podemos activar el acceso restringido, que solo permitirá que entre en títulos validados para menores por Roblox: con violencia leve y sin armas. Aunque esta lista no es una garantía absoluta –puede ser que en algún punto nuestros criterios no coincidan con los de la plataforma–, podemos explorar el directorio y pactar con nuestros hijos a qué títulos le dedican su tiempo. Además, podemos limitar o bloquear las funciones de chateo en la red, revisar el historial de compras de la cuenta y asegurarnos, si lo creemos necesario, de que no se puedan efectuar. Todas estas funciones se encuentran en los ajustes de la cuenta y se pueden bloquear con un código pin, que se pedirá cada vez que se intenten cambiar. En relación con esto, es interesante mencionar que el site impone automáticamente unos ajustes de privacidad más restrictivos a los usuarios que detecta que son menores de 13 años, pero el menor puede modificarlos a no ser que se bloqueen con un pin.

El mejor control es acompañarles

Por otro lado, también nos será útil hablar con nuestros hijos para ver por qué juegan en Roblox. Si han descubierto la plataforma por sus amigos del colegio y la emplean como espacio para divertirse con ellos, o si ven a algún youtuber de Roblox y por eso la han querido probar.

Cada caso exigirá unas medidas u otras. Pero al final, nada iguala el valor que tiene que hablemos con nuestros hijos e hijas sobre seguridad en internet. De hecho, Roblox puede servirnos como un espacio controlado en el que aprendan a navegar siendo respetuosos (con la netiqueta) y sobre la importancia de resguardar su privacidad y no hablar con cualquiera en línea.

Además, que haya un adulto en la habitación mientras juegan, al que puedan recurrir si algo sucede, sirve también como medida de protección sin ser un control que ellos perciban como arbitrario y desentendido. Las restricciones en la cuenta pueden ser útiles, pero no siempre funcionan, y lo mejor es saber que nuestros hijos e hijas saben navegar Roblox con criterio.

La otra cara de roblox

Probablemente has oído que, aunque se trata de un camino muy difícil, es posible ganar dinero en internet siendo youtuber o jugador profesional de videojuegos. Lo que quizá no sabes es que también puede hacerse desarrollando juegos en Roblox. Esta oportunidad despierta la curiosidad de los jóvenes y les anima a iniciarse en el mundo de la programación. Actualmente, en Roblox existen más de veinte millones de juegos. La competencia es extrema, y desarrolladores con más de doce años de experiencia en la plataforma no recomiendan embarcarse en esta aventura con la única motivación de ganar dinero.

Hay que tener en cuenta que conseguir que el juego creado llegue a una audiencia relevante es incluso más difícil que diseñar el mismo. Además, los jóvenes desarrolladores tienen que competir contra muchos otros con años de trayectoria y con capacidad económica para invertir en la promoción.

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Robux y dólares

Si hablamos del tema económico, Roblox se queda un 30% de cualquier transacción y el 70% restante se le paga al desarrollador en Robux (la moneda propia de la plataforma). La transacción mínima para poder convertir Robux a dinero real es de 100.000 Robux, que equivalen a unos 1.000 dólares. Además, para poder realizar este cambio, debes tener activado el servicio Premium, que tiene un coste de cinco dólares al mes.

En ocasiones, cuando un usuario ve muy lejana la posibilidad de alcanzar estos 1.000 dólares, suele desistir o reinvertir sus Robux en otros juegos. También hay quien gasta en marketing dentro de la plataforma o paga a otros desarrolladores para que trabajen para él. Debemos saber que aunque se pague un 70% de las transacciones, datos de 2019 afirman que, de cada dólar invertido en Roblox, solo diecisiete centavos salen de su propio ecosistema. Lo que supone un porcentaje mínimo.

Por tanto, nos encontramos ante una empresa abusiva que “supuestamente” se mantiene en pérdidas a base de constantes inversiones para monopolizar su nicho de mercado a nivel mundial. Si el programador pide un pago mayor, Roblox responde a los jóvenes desarrolladores que no tiene más dinero para pagarles, cuando lo cierto es que su valor de empresa es siete veces el de la compañía Ubisoft y se acerca a gigantes como Nintendo o Activision Blizzard.

Parafraseando a People Make Games, es tremendamente enfurecedor ver lo fácil que lo tiene Roblox para hacer mucho bien al ecosistema gaming y lo mediocre que lo está haciendo.

Veredicto

Con todo esto, Roblox se convierte en un fantástico terreno de pruebas en el que aprender y desde el que enfrentarse a la competencia real de juegos y desarrolladores de forma temprana. Pero, si lo que se busca es una fuente de ingresos, este no es el lugar adecuado.

Por tanto, si a un joven le gusta Minecraft y está dispuesto a pasar muchas horas en dicho videojuego, Roblox se convierte en una alternativa interesante, ya que dejará de crear únicamente a base de cubos para aprender a desarrollar y curiosear de manera segura en un mercado real.

Firma: Laura Trius y Álvaro Fernández