
Al otro barrio es una comedia sin más pretensiones que la de hacer disfrutar a la audiencia durante el visionado. Con su objetivo cumplido, deja una historia convencional y divertida.
Al otro barrio es una comedia sin más pretensiones que la de hacer disfrutar a la audiencia durante el visionado. Con su objetivo cumplido, deja una historia convencional y divertida.
Robert Zemeckis firma una propuesta arriesgada e innovadora en la que una cámara fija observa el paso de miles de años. El concepto del film es fascinante y su trabajo estético digno de admiración.
El film de Céline Rouzet es un drama adolescente y una fantasía de vampiros que no acaba de tener un norte claro. Cuenta con una fascinante puesta en escena pero el conjunto queda irregular.
Alberto Utrera presenta una cinta muy arriesgada tanto en su despliegue visual como en la mezcla de géneros y tonos. Con todo, logra una propuesta criminal atractiva y con humor que hace disfrutar.
Joachim Lang documenta con diálogos reales y material de archivo una de las mayores estrategias de propaganda. Con un montaje fascinante, la película es aterradora y refleja una realidad que podría repetirse.
La magistral fotografía de Borgo, el elenco entregado, el ritmo medido y la dirección sólida de Stéphane Demoustier logran que el público sea absorbido por este drama carcelario y se le pase la película en un suspiro.
Veit Helmer dirige una obra visualmente atractiva con dos actrices carismáticas. Es una película para una audiencia selecta, que cuenta con un gran trabajo de cámara, una trama sencilla y mucha imaginación.
El País Vasco y un entorno triste y gris son el escenario en el que Miren Gaztañaga interpreta a una mujer con una vida limitada. Se trata de una historia intimista que transcurre tranquila y llega eficazmente al espectador.
Polvo serán es un drama que reflexiona sobre el fin de la vida a través del género musical y con una puesta en escena particular. De todas maneras, queda una mezcla de conceptos confusos tratados con cierta frivolidad.
Este homenaje al Abbé Pierre es un tanto largo, pero retrata con eficacia la lucha contra la miseria que llevó a cabo el clérigo. Su actor protagonista encarna con fuerza al que fue la “voz de los sin voz”.