
Lana Condor como rostro principal, las fiestas de instituto y la presencia de lo sobrenatural ofrecen la combinación perfecta para que el público adolescente le dé al play. Pero no esperemos nada más que esto, ya que no lo encontraremos.
Lana Condor como rostro principal, las fiestas de instituto y la presencia de lo sobrenatural ofrecen la combinación perfecta para que el público adolescente le dé al play. Pero no esperemos nada más que esto, ya que no lo encontraremos.
Detrás de los rostros bonitos protagonistas, encontramos una historia totalmente vacía. Un nuevo título que se incorpora al listado de comedias románticas que desmerecen el género.
Una ficción que solo roza el tema del que habla: el exterminio de la humanidad. Quizá por eso entretiene y distrae sin levantar ampollas.
Aunque aporta un desenlace poco evidente, la frivolidad del título monopoliza la historia y la priva de la frescura y originalidad que prometía el tráiler.
Una comedia poco brillante que no consigue sacar partido a las innumerables posibilidades que ofrece la mitología griega.
Una insólita propuesta sobre la relación padre-hijo que no hay que tomarse muy en serio. Aunque la primera temporada es amena, la serie se alarga innecesariamente con el estreno de la segunda.
Llega el final de esta saga de superhéroes apocalípticos. Conforme a los tiempos, se modifica el guion de los cómics y se ofrece un entretenimiento selectivo.
Para acabar de afianzar a sus seguidores, la tercera temporada de Los Bridgerton cede el protagonismo a su personaje más hipnótico. Además, no se olvida de incluir diversas escenas de sexo para mantener el tono con el que empezó.
Una adaptación que, a pesar de la oscura propuesta del guion, cuenta con una protagonista y un entorno interesantes.
Los Pitufos ganan relieve pero pierden la inocencia del clásico y sucumben ante una afición a lo moderno excesiva y poco romántica.