Carolina

Es difícil, en el mundo de las comedias-románticas, poder aportar algo nuevo o interesante, cuando, como en este caso, guionista y directora se quieren ceñir a lo estrictamente estereotipado. Es lógico, si el público es quien busca que le den más de lo mismo: un relato más o menos amable, con toques de humor y mucho romanticismo, hilvanado por situaciones y frases ya escuchadas, y con unos protagonistas guapos y “brillantes” casi en el sentido más estricto de la palabra.

No obstante, hay un pequeño hueco para algún destacado. Shirley Maclaine, como siempre, está espléndida, a pesar de su registro excesivamente “escatológico” y grosero. Su papel de abuela pintoresca es quien, además, conduce y protagoniza uno de los temas principales del film: la importancia de la familia y de invertir en ella todas las fuerzas. Carolina engrosa la lista del género sin grandes aplausos, pero para muchos se dejará ver. A veces, eso ya es algo.