
Una ficción de personajes que chapotean en la charca del dinero fácil y la corrupción. La honradez y la justicia enfrentadas al poder y al sistema establecido.
Una ficción de personajes que chapotean en la charca del dinero fácil y la corrupción. La honradez y la justicia enfrentadas al poder y al sistema establecido.
Lo bueno que tiene la novela en la que se basa se pierde porque la serie antepone el exceso dramático a la reflexión.
Basada en hechos reales, la historia absorbe poco a poco y regala un final redondo. Le sobra metraje y le falta delicadeza, pero es un interesante título para el público adulto.
Aunque aporta un desenlace poco evidente, la frivolidad del título monopoliza la historia y la priva de la frescura y originalidad que prometía el tráiler.
Una vez más, la atrocidad de la guerra y sus víctimas son protagonistas. Este relato se centra en la supervivencia y, a pesar del entorno, se respira la ilusión de un futuro mejor.
Bajo la dirección de Rodrigo Sopeña, el reparto español consigue convertir una situación de lo más corriente en un relato divertido y totalmente inesperado.
Una serie concreta que no consigue conjugar los elementos de forma equilibrada. Entramos en un parque de atracciones en el que ha llovido tanto que solo queda el barro.
Basada en la novela de Agatha Christie, Matar es fácil cuenta con los ingredientes clásicos de las tramas policíacas y una bella ambientación.
Los nuevos protagonistas de esta segunda parte de Belgravia son lo suficientemente interesantes como para agradar al público. Tanto el reparto como la puesta en escena están a la altura de sus predecesores y permiten disfrutar de igual manera.
Con un buen elenco, una realización correcta y un arranque interesante, La academia deja escapar la oportunidad de ser una propuesta de valor sobre el deporte y se convierte en un melodrama adolescente que ya hemos visto muchas veces.