
Una inesperada secuela que, ambientada en el conocido mundo de animación, esconde una oda a la amistad y al camino para cultivarla correctamente. Pese a un par de escenas truculentas, el film es amable y esperanzador.
Una inesperada secuela que, ambientada en el conocido mundo de animación, esconde una oda a la amistad y al camino para cultivarla correctamente. Pese a un par de escenas truculentas, el film es amable y esperanzador.
Un proyecto de comedia que se enrosca en la extraña visión de su director y creador, Kristoffer Borgli. Su disparatado argumento no concreta el propósito del film
Una secuela épica que honra a su predecesora, crece en cuanto a magnitud visual y narrativa y ahonda en toda su dimensión temática. Villeneuve dirige una obra cuidada al detalle y con un reparto estelar.
Tras un considerable éxito de la primera entrega, se estrena Dos colegas y la gran bestia; una segunda parte particular, con una animación cuidada y una música entretenida, pero con unos personajes poco desarrollados.
Denis Villeneuve firma un espectáculo visual con un reparto de ensueño que logra estructurar magistralmente un relato mesiánico. La cinta es excesiva, regala acción y ofrece una recreación soberbia de otra galaxia.
Una película llena de acción, aventuras y diversión con D’Artacán y los Mosqueperros, perfecta para sorprender y divertir a los más pequeños, así como para despertar, a los no tan pequeños, un bonito recuerdo.
Lo que podría haber sido una película con sentido del humor, sencilla y previsible con aire de nostalgia pero eficaz, se ha quedado en un tumulto de simplicidades y en un gran desperdicio de recursos.
El film aborda, a través de un viaje, los balances y reproches que aparecen en la tercera edad. Sugerente en diversas escenas, deja que la falta de definición y coherencia del guion entorpezca su desarrollo.
Rozando el mediometraje, el film de Mar Tarragona apuesta por una situación radical en su planteamiento, que deriva en situaciones estrambóticas y complicadas para el guion y los actores.
La necesidad de echar a los hijos de casa para recuperar la rutina matrimonial desencadena una serie de situaciones divertidas que hacen pasar un buen rato. Además, cuenta con una duración ajustada y un buen trabajo del elenco.