
Basada en la trágica pérdida del propio director, la película resulta tan atractiva como confusa por la ambiciosa voluntad de explorar el dramático suceso desde demasiados vértices.
Basada en la trágica pérdida del propio director, la película resulta tan atractiva como confusa por la ambiciosa voluntad de explorar el dramático suceso desde demasiados vértices.
Paolo Genovese dirige una propuesta pausada que resulta en una oda –optimista y esperanzadora– a las parejas que se atreven a embarcarse y luchar por una relación amorosa duradera y positiva.
La adaptación de la obra teatral de Coward cuenta con actores conocidos y un relato divertido. Desaprovecha sus recursos y no es un producto estrella, pero es un título ameno, con humor y fácilmente disfrutable.
Después del dudoso triunfo de la primera parte, Holger Tappe nos trae Una familia feliz 2. Una película que llega en Halloween, a pesar del hecho de que los protagonistas sean monstruos, no despierta demasiado interés.
Zhang Yimou regresa con una propuesta contemplativa y centrada en personajes complejos y con objetivos simples. Aunque tiene un ritmo pausado, esta obra termina siendo una animada celebración del cine.
El film de Christoffer Boe narra un conflicto matrimonial duro y utiliza en demasía algún recurso estético. Pero todo ello se salva gracias la esperanza que se consigue entrever en la segunda parte que deja un buen sabor de boca.
La historia de Jack y de su padre no sorprende por su guion pero, gracias a su ambientación y personajes, se hace con la empatía del público, convirtiéndose en una propuesta amena y agradable.
El film de John Patrick Shanley no acaba de despegar debido a su guion. No obstante, los actores, la banda sonora y la fotografía son impecables. Por ello, en general, es una propuesta disfrutable aunque previsible.
El polifacético cinéfilo Tolentino ofrece un documental –de irregular estructura y resultado– pero colorista, expresivo e inundado de personas y propuestas culturales que muestran un Irán diferente y esperado.
Tratar de comprimir una década en una hora fuerza un ritmo acelerado que descuida a los personajes y su contexto. A pesar de ello, estamos ante un film lleno de humor y con unas interesantes conclusiones, que hace pasar un buen rato.