
Con un guion vago y un antipático protagonista, este thriller acaba cayendo en una superficial crítica a la corrupción destapada con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Además, sucumbe y se regodea en varias escenas de excesos.
Con un guion vago y un antipático protagonista, este thriller acaba cayendo en una superficial crítica a la corrupción destapada con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Además, sucumbe y se regodea en varias escenas de excesos.
Un drama psicológico que se desvanece a medida que pasan los capítulos. Arranca con ímpetu y acaba lejos de lo que prometía ser.
Lo que parecía ser una cinta de acción sobre un atraco, se acaba convirtiendo en un drama angustioso cuyos intentos de generar acción no llegan a arrancar. Se queda a medio gas pese a sus buenas actuaciones.
Con pasajes confusos por la profusión de nombres y detalles, esta apuesta por el cine de espías autóctono ofrece una trama entretenida y un Luis Tosar, como siempre, líder en llevar la carga dramática.
Cine de pandillas, retrato de la migración interna y dibujo del conflicto terrorista en Euskadi confluyen en el primer film de Gómez. Con algún altibajo, se aprovecha la fuerza de la historia y de sus personajes.
Historia embarrada, narración arbitraria, personajes ponzoñosos y ninguna salida de emergencia.
Un producto lamentable para un público maltratado en la pequeña pantalla al que se le podrían ofrecer narraciones mucho más sugerentes, atractivas y motivadoras.
Cuando Jon es expulsado del colegio, Margo, su madre, decide enviarlo lejos para que Max, el abuelo estricto, lo meta en cintura. No le será […]