
Ansia de poder, egoísmo y traición en este drama que acaba disuelto por falta de intención y exceso de postureo.
Ansia de poder, egoísmo y traición en este drama que acaba disuelto por falta de intención y exceso de postureo.
Con un guion vago y un antipático protagonista, este thriller acaba cayendo en una superficial crítica a la corrupción destapada con el estallido de la burbuja inmobiliaria. Además, sucumbe y se regodea en varias escenas de excesos.
Los roles y el trabajo de Karra Elejalde y Quim Àvila son lo más destacable de esta divertida comedia que cavila en torno a los diferentes conceptos del amor. El film es ligero y su objetivo es hacer reír a una audiencia específica.
Carlos Sedes dirige un drama superficial del que solo puede ensalzarse la fotografía. La trama es simple y tediosa, el reparto no es estridente y lo único que se disfruta es el recorrido a través de los viñedos de Jerez.
Un producto lamentable para un público maltratado en la pequeña pantalla al que se le podrían ofrecer narraciones mucho más sugerentes, atractivas y motivadoras.
Los jóvenes Laura (María Pedraza) y Carlos (Pol Monen) se aman como si cada día fuera el último, y quizás esta misma intensidad del primer […]