Ciberbullying – Mi hijo, ¿objetivo o agresor?

Aceptar que nuestro hijo está implicado en casos de ciberbullying no es fácil. A nadie le gusta ni que su niño sufra ni que lo haga pasar mal a los demás. Es importante saber prevenir ambas posiciones y, si ocurriera que ya ha adoptado uno de los roles, estar preparados para ayudarle a dejarlo. A continuación se dan algunas indicaciones para detectar víctimas o agresores de ciberacoso.

¿Cómo sé si mi hijo es el objetivo?

Para intuir si nuestro hijo está siendo objeto de ciberbullying, podemos distinguir entre las señales de advertencia y las evidencias.

Las señales solo son un aviso de que algo está pasando y nos preparan para actuar. Pueden ser de tres tipos:

  • Físicas y emocionales: dolencias físicas, alteraciones del estado de ánimo, indiferencia, estrés, comportamiento agresivo inusual…
  • Sociales: cambios en sus actividades de ocio, en sus hábitos de alimentación y sueño, en el uso del ordenador y del teléfono…
  • Académicas: pérdida de pertenencias físicas, lesiones físicas frecuentes sin explicación razonable, se ve involucrado en incidentes en la escuela, altibajos en el rendimiento escolar…

Las evidencias, por el contrario, nos dicen que algo ya está pasando y piden que actuemos cuanto antes. Pueden ser amenazas o insultos, la creación de un perfil falso a su nombre, la publicación de fotografías comprometidas o los rumores falsos sobre él, aunque se trate de tonterías.

Si descubres que alguien está siendo víctima, actúa de forma rápida:

  • Enséñale a no reaccionar ante el acosador. Si los mensajes llegan por chat o por redes sociales, podéis bloquear a los usuarios implicados directamente.
  • Guarda la evidencia. Archiva todos los correos electrónicos, mensajes, fotografías y conversaciones de chat. Toma nota de los días y horas en que se recibieron. Si las aplicaciones no permiten guardar los mensajes, haz capturas de pantalla.
  • Protege todas sus contraseñas. Cambiadlas si pensáis que el correo electrónico o algún perfil de red social han sido pirateados. Explícale que las claves son personales y que no hay que compartirlas con los amigos.
  • Involucrad a las autoridades. Si conocéis al acosador podéis hablar con sus padres y, si se trata de un compañero del colegio, con el profesor o el director.

¿Cómo sé si mi hijo es el agresor?

Si ya es difícil aceptar que nuestro hijo está siendo víctima de ciberbullying, muchas veces lo es más admitir que actúa como acosador. Hay que tener en cuenta que el anonimato y el distanciamiento que ofrece internet facilitan que cualquier niño tome este rol.

Aunque a los padres pueda costarnos, es importante detectar estas conductas, tanto para parar el daño que se está provocando como para detectar otros problemas que suelen esconderse tras estas conductas. Entre los niños, existe el perfil de los haters o trolls, aquellos menores a quienes satisface provocar reacciones de enfrentamiento, pero hay veces en que este modo de actuar esconde otros problemas como la baja autoestima o la falta de motivación.

Hay un serie de comportamientos que encajan con el perfil de un niño que puede estar actuando como agresor:

  • Muestra una falta de empatía con quienes le rodean y es cruel con los demás.
  • No es capaz de controlar su ira. Se enfada muy frecuentemente, nada le parece suficiente y exige caprichos a sus padres constantemente.
  • No reflexiona antes de actuar o tomar decisiones ya que no entiende que cada acto tiene sus consecuencias.
  • Manifiesta muy poca habilidad para la resolución de conflictos.
  • Tiene una autoestima baja.
  • No conoce los límites. Quizás en casa se le han puesto pocas normas que seguir o no importa si no las cumple.
  • Intenta llamar mucho la atención.
  • Piensa que los demás están siempre en su contra y que todos esperan un momento de debilidad para echársele encima.

Si descubres que tu hijo se está comportando así, no dejes pasar la situación. Habla con él, escúchale y sé ejemplo en tu modo de comportarte. No sanciones su actitud de forma agresiva. A partir de ese momento:

  • Estable normas en casa y exige su cumplimiento: horarios, modos de comportarse, etc.
  • Canaliza su energía en actividades que le gusten y a las que tenga que dedicar tiempo: formar parte de un equipo deportivo, aprender a tocar un instrumento, etc.
  • Explícale que hay que dirigirse a los demás siempre con corrección y respeto, también en los entornos virtuales. Muéstrale cómo seguir las recomendaciones de la netiqueta.
  • Controla el tiempo que pasa delante de la pantalla y acórtalo si es excesivo.
  • Sitúa el ordenador en un espacio común de la casa: comedor, cuarto de estar, etc.

Esta semana:

  • Decide con tu hijo el tiempo que va a dedicar a las pantallas, tanto para hacer las tareas escolares como para el ocio
  • Consulta si existe algún perfil falso de tu hijo a través del buscador de Google y en las distintas redes sociales
  • Comentad en casa cuál es el modo correcto de comportarse en la red

Firma: Júlia Nafría