Diamantes turbios

En un mercado sobresaturado de series, ésta destaca por sus matices culturales. Lo que parece una simple historia familiar se transforma lentamente en un thriller original, potente y contundente.
 Es fantástico como se entremezclan los ingredientes –amor, mafia, investigación judicial, crimen, religión, dinero, deber moral– en un coctel atrevido y realista. Los protagonistas se van viendo obligados por las circunstancias a actuar en contra de sus principios. Este dilema ético se ve muy bien plasmado a lo largo de la trama, con un final curioso y creíble.

El hecho de no disponer de actores conocidos y de ser una serie que no tiene grandes efectos especiales hace que te centres más en la historia y en los personajes. La acción sucede en el interior de cada uno con sus luchas y sus vicisitudes. Así, empatizas con ellos sin decantarte por ninguno, ya que los vas comprendiendo a todos.

Filmada en Bélgica e Israel, la versión original entremezcla cuatro idiomas haciéndola muy real y enriquecedora, conjuntamente con una muy buena fotografía.

Firma: Rosamaría Aguilar