Dino Ranch

Vivir en Dino Ranch es toda una aventura. Además de conocer a diferentes especies de dinosaurios, los protagonistas se enfrentan a pequeños conflictos que deben solucionar por sí mismos. Pero, si el asunto se pone feo, entonces, mamá y papá siempre están ahí para ayudar o aconsejar.

Como en los cuentos, un narrador acompaña a la pequeña audiencia en cada episodio. Al inicio, la amable voz en off plantea una situación y, al final, recuerda el aprendizaje. Esta fórmula se apoya en un lenguaje rico, sin las invenciones lingüísticas típicas de otras series infantiles, con lo que sus espectadores pueden ir familiarizándose con palabras que todavía no conocen. También cabe destacar que los personajes no gritan y se expresan con educación y corrección.

A todo lo anterior, Dino Ranch suma la singularidad de ambientarse en el oeste americano. El lanzamiento del lazo, vestir las botas y los sombreros vaqueros, cabalgar a lomos de un dinosaurio, incluso, enfrentarse a un duelo con Sonny el Niño, todo ello se lleva a cabo a ritmo de western, con la banda sonora de Lorenzo Castelli.

Esta animación canadiense narra sencillas historias. Sencillas pero llenas de ironías y de humor, tanto en los diálogos, como en las expresiones de los personajes o en el montaje. Es cierto que los más pequeños no podrán apreciar algunas de ellas, no obstante son un regalo para los adultos que los acompañen.

En suma, en Dino Ranch se encuentran relatos llenos de color, personajes entusiastas, entornos creativos, entuertos sencillos que llevan a la generosidad, diálogos con toques de humor y una visión positiva de la vida y lo que la envuelve.

Firma: Mar Pons