El fantasma de Canterville

Dos cosas pueden llevarnos a ver esta miniserie: el conocido cuento de Oscar Wilde y la producción a manos de la BBC. Esta suma ya presupone la calidad del producto. Así llegamos a una adaptación que decide fragmentar el relato en cuatro capítulos, uno para cada estación del año. Durante poco más de cincuenta minutos por episodio, la audiencia asiste a las aventuras de los americanos millonarios en una sociedad tradicionalmente inglesa.

Las comparaciones y las diferencias culturales son motivo de chanza y añaden humor a una trama ya de por sí cómica, ingenua y fantasiosa. Además, como cabe esperar, las ambientaciones, el vestuario y el vocabulario están alineados a la historia que se narra. Y, a pesar de que el guion se adecúa a los tiempos actuales, la serie mantiene esa atmósfera de fantasía y quimera que la hacen atractiva y asequible a todos los públicos.

Quizá, teniendo en cuenta que se estira la trama para completar los cuatro capítulos, se echa en falta algo de profundidad en sus personajes y un arco de evolución menos repentino. También añoramos pequeños detalles de la novela y un protagonista que no pase tan desapercibido en los tres primeros capítulos.

A pesar de todo, siempre es un placer volver a tropezarse con Sir Simon de Canterville y esta es una oportunidad para disfrutar en familia y, de paso, retomar el cuento que da título y contenido a esta miniserie.

Firma: Mar Pons