Jurassic World: Campamento Cretácico

Jurassic World no nos suena a nuevo. Existen numerosas adaptaciones de la novela de Michael Crichton tanto para el cine como para el mundo de los videojuegos. Pero, con Campamento Cretácico, Universal Pictures estrena el formato serie.

Lo primero que nos maravilla de esta propuesta es que sus creadores tratan la adolescencia con una mirada optimista –tanto la de los protagonistas de la animación como la de quienes se encuentran delante de la pantalla–. Y es que sus personajes todavía conservan una parte de la infancia y no se les imponen preocupaciones que no les corresponden.

Darius, Brooklyn, Ben, Yaz, Sammi y Jenji son muy distintos. A través de su historia y personalidad, se invita a la reflexión en torno a temas presentes en la vida de cualquier niño del siglo XXI. Entre otros, se percibe el deseo de ser aceptado por el grupo, la búsqueda de popularidad en las redes sociales, la sobreprotección por parte de los padres y las diferentes actitudes con las que pueden afrontarse las contrariedades.

Además, el dibujo en 3D incorpora detalles magníficos. Los rostros, las expresiones y la ambientación están trabajados con muchísima delicadeza, tanta que el espectador se siente capaz hasta de tocar la piel de los dinosaurios.

Entre emociones y desventuras, el único peligro real al que se enfrenta Jurassic World: Campamento Cretácico es que, tras casi cuarenta episodios, es posible que los enredos empiecen a parecerse mucho unos a otros. Por suerte para sus creadores, la audiencia a la que se dirige se deja sorprender con poco y no es muy exigente en este aspecto.

Con todo esto, el público objetivo se mostrará totalmente satisfecho. Los preadolescentes disfrutarán con esta serie fresca y trepidante y, a su vez, los más pequeños quedarán cautivados por esta guía definitiva sobre el mundo de los dinosaurios.

Firma: Júlia Nafría