La mentira es un relato incómodo. Resulta especialmente perturbador desde el momento en el que sabemos –y esto ocurre antes de empezar a ver la serie– que el acusado es inocente, que el acusador miente y que, además, está basado en hechos reales (el caso de Christian Iacono, 2000-2015).
La injusticia que imparten, precisamente, los propios organismos de justicia es desalentadora. También lo es la impotencia de un hombre que no puede demostrar su inocencia cuando los prejuicios nublan la razón.
Incomoda, además, la cobardía, la manipulación y el traspaso de los rencores y los traumas de unos padres a su único hijo. Esto último origina, sin duda, una larga travesía de malas decisiones y la cinta así lo pone de manifiesto para acercarnos, cada vez más, al calvario del acusado. De este modo, nos posicionamos rápidamente junto a Claude Arbona (Daniel Auteuil), siempre respetuoso, amable, bueno e, incluso, algo ingenuo.
El estilo francés, pausado y detallista en gestos y reacciones, acompaña un el relato que muestra y sugiere, pero no daña. La preciosa costa, la casa familiar, las travesías en barco, las tranquilas calles y sus gentes se enfrentan a la vieja y sucia cárcel, a los interrogatorios inútiles y a las sentencias de culpabilidad persistentes.
Lo mismo ocurre con los personajes que van configurando la historia de Claude Arbona, una historia de opuestos: el fiscal acusador frente al abogado defensor; los policías hirientes frente a los presos acogedores; el hijo distante y acusador frente al compañero de cárcel cercano y familiar; los jueces que condenan y castigan frente a la familia que exculpa y ama.
Después de haber asistido a este debate entre la verdad y la mentira, la luz y la oscuridad, la libertad y la prisión (no solo física, sino también de espíritu) y entre el amor y el odio, lo que rescata la esperanza es su final. No sabemos si sucedió igual en la vida real pero, a nivel narrativo, la grandeza que emana el protagonista recompensa el sufrimiento compartido durante los cuatro capítulos.
Quizá sí sea una serie incómoda, no obstante, también es interesante, profunda, inquietante y amable a la vez. Además su admirable desenlace reconforta el corazón y ensalza la maravillosa medicina del arrepentimiento, del perdón y, en definitiva, de la generosidad del amor.
Firma: Mar Pons
Género: Miniserie
Subgénero: Drama
Año: 2020
Cadena: Movistar Plus+
Intérpretes: Alex Terrier-Thiebaux, Benjamin Bellecour, Bruno Ricci, Catherine Alric, Charlie Bruneau, Daniel Auteuil, Gregoire Bonnet, Victor Meutelet
Presentador: -
Claude Arbona es un hombre triunfador. Su vida la ha dedicado a la política y a su familia. En el ámbito profesional, Claude es un hombre apreciado por su gente y está a punto de convertirse en el alcalde de su ciudad, Vence. En lo relativo a su familia, se siente muy apoyado por su mujer, Marie, y su hija, Léa. Otra cosa muy distinta es la mala relación, fría y distante, que mantiene con su hijo, Pierre.
Arbona es consciente de haber ejercido su paternidad con Pierre de forma cuestionable he intenta recuperar ese tiempo mal invertido volcándose con su nieto Lucas. No obstante, el matrimonio de Pierre está a punto de fracasar y Lucas sufre las consecuencias de la separación de sus padres y la mala relación que tiene con padre.
Todo este cúmulo de desencuentros entre los varones de la familia Arbona explota cuando Lucas decide denunciar a su abuelo. El pequeño de nueve años testifica ante la policía que ha sufrido abusos por parte de su abuelo. Tras una rápida investigación, Claude acaba en prisión y se inicia un largo periodo de juicios y sentencias durante el cual el político mantendrá siempre su declaración de inocencia.
Título original: Le Mensonge
Creador: -
Director: Vincent Garenq
Guión: Christian Iacono, Vincent Garenq
Productora: France 2 (FR2)
Duración: 45'
País: Francia