Liar

Después de una serie tan fallida como Fleabag, Harry y Jack Williams nos traen un título al que vale la pena prestar atención. Quizá el tema, los abusos a mujeres, no sea el más atractivo. Sin embargo, Liar sabe mostrar con elegancia el perturbador caso de dos personas enfrentadas ante una vivencia en común.

Mientras la protagonista femenina, Laura (Joanne Froggatt), sostiene que ha sido violada con una actitud agresiva, incontrolada y errática, Andrew (Ioan Gruffudd) lo niega con calma, aplomo y el peso de una intachable reputación profesional y familiar. De esta forma, el espectador debe elegir en quién confía, aunque los guionistas no lo pongan fácil.

Con argumento similar, actores brillantes, ambientación y desarrollo paralelo (aunque una es inglesa y la otra americana), Liar recuerda a la miniserie The undoing, que también ofrece HBO. No obstante, la primera supera a la segunda con un resultado mucho más satisfactorio para el espectador.

Un acierto de la serie es no dejar a su audiencia en esta tesitura durante demasiado tiempo. Al llegar al ecuador las tornas cambian y el caso pasa a ser otro muy distinto. No podemos explayarnos en este punto sin desvelar datos relevantes. Solo diremos que, para coger carrerilla y no desertar de Liar, los últimos capítulos resultan mucho más interesantes que los primeros.

En general, el relato no incorpora grandes sorpresas, pero sí juega con los flashbacks, los secretos que ambos personajes llevan a cuestas y las fragilidades humanas. Estas últimas recorren un camino paralelo entre los protagonistas que se van intercambiando los roles entre gato y ratón hasta un esperado final.

Entran en juego tanto los rasgos de personalidad equivalentes a la desconfianza, la falta de autoestima, la dependencia emocional, la necesidad de justicia, la búsqueda de la verdad y la fidelidad como sus opuestos. Además, el dibujo exagerado de los caracteres de los implicados en la trama atenúan el desconcierto de su audiencia por algún exceso dramático, giro de guión menos convincente o reacciones demasiado imprudentes.

Finalmente, lo que destaca en Liar son los recovecos de una trama con varias lecturas, una austeridad elegante que no muestra más de lo necesario, un reparto con el que es fácil identificarse gracias a su actuación y la dosis justa de emoción, drama, acción, tensión y satisfacción por un desarrollo y un final coherente.

Firma: Mar Pons