Los estudios de Hollywood han descubierto el potencial de llevar a la pantalla las novelas gráficas. Ya lo hizo Scorsese con La Invención de Hugo Cabret en 2010, una novela de Brian Selznick, que le valió al director de origen italiano una nueva nominación a los Oscar. Y, ahora, lo ha descubierto Netflix con Locke & Key, una aventura de fantasía infantil y juvenil que cuenta la historia de la familia Locke.
La serie comienza con la mudanza de los los Locke a Massachusett para vivir en la misteriosa casa de sus ancestros. Vienen buscando un cambio de aires para olvidarse de la trágica muerte de su padre y parece que muy bien no les va a salir la jugada, porque la casa está habitada por un malvado espíritu que trata de hacerse con un tesoro que custodia la familia: las llaves de la casa. Estas llaves se convierten en las joyas de la corona porque cada una de ellas, con un poder y uso específico, abren puertas a otras realidades de lo más variadas. Pueden ser un soplo de aire fresco, o la perdición del que las emplea. El problema viene cuando los protagonistas tienen la tentación de usarlas para su propio beneficio facilitando la tarea del espíritu maligno.
El arranque de la serie es muy rápido y enseguida entendemos la magia porque hemos visto cientos de veces los elementos de las casas encantadas: espejos que nos trasladan a otra realidad; armarios que son puertas hacia lo desconocido, etc, etc. Nada nuevo bajo el sol. Pero tras un buen inicio de magia y terror, la incoherencia de los protagonistas rompe el clímax de la serie. Han estado a punto de quedarse sin madre, y siguen viviendo en esa casa con toda normalidad. Lo único que les preocupa son los ligues y borracheras del instituto. La cosa se complica aún más cuando la especie de demonio consigue la capacidad de tomar la forma de los amigos de los Locke, con lo que ya no sabes quién es quién, ni con quién te estás juntando. De esta manera, se acaba pareciendo más a una serie de tonteo adolescente como Sensación de vivir. El misterio y la fantasía han pasado a un segundo plano.
La estética y montaje de Locke & Key son de mucha factura. La complicada arquitectura de la casa contribuye a aumentar la sensación de enigma y a los que les gusta el género lo agradecerán. Los actores cumplen con su papel, pero el dibujo de los personajes no está bien perfilado y no se acaban de superar los típicos estereotipos a los que algunas series yankies nos tienen acostumbrados: el niño “ratito” en contacto con lo sobrenatural; el hermano cachitas que enamora a medio High School y la hermana rubia-geek con problemas de autoestima.
Es una lástima porque a un inicio de misterio y enigmas muy bien planteado, no le sigue un desarrollo a la altura y se acaba perdiendo en lugares comunes. Al final, parece que se intenta llenar la falta de ideas con subtramas amorosas. Veremos qué sucede en la segunda temporada.
Firma: Llorenç Ramis
Género: Serie
Subgénero: Fantástico
Año: 2018
Cadena: Netflix
Intérpretes: Asha Bromfield, Connor Jessup, Darby Stanchfield, Emilia Jones, Jackson Robert Scott, Kevin Alves, Kolton Stewart
Presentador: -
Los Locke comienzan su nueva vida en la ancestral y misteriosa mansión de la familia tras la trágica muerte de su padre. Como cualquier cambio importante, la adaptación al nuevo entorno es complicada, sobre todo a ciertas edades.
Sin embargo, estas dificultades se ven interrumpidas por un descubrimiento desconcertante. Al parecer, la casa está encantada y ellos no son los únicos habitantes. Su inesperado inquilino es un espíritu maligno que, además, domina la ciudad de Lovecraft, Massachusetts. Los tres jóvenes Locke serán los encargados de hacer frente a la amenaza.
Título original: Locke & Key
Creador: Carlton Cuse, Meredith Averill
Director: Carlton Cuse, Dawn Wilkinson, Mark Tonderai, Meredith Averill, Michael Morris, Tim Southam, Vincenzo Natali
Guión: Albert Torres, Aron Eli Coleite, Carlton Cuse, Elizabeth Ann Phang, Meredith Averill
Productora: Netflix
Duración: 45'
País: EE.UU.
Temporada: 1