Paraíso

Mientras en la mente del espectador resuenan las notas retro de Stranger things, llega este desafortunado intento de versionar el éxito americano.

Al margen de su inspiración, Paraíso ofrece una historia sin pies ni cabeza. Como un pulpo, el guion se escapa por varios tentáculos que no encajan ni confluyen para redondear o completar la historia. Ideas, algunas. Consistencia, ninguna.

Tampoco destaca la ambientación. Con sus errores anacrónicos (es difícil no darse cuenta de alguno si has vivido la época) y su influencia político-ideológica de este siglo, aunque se agradezca el intento, uno no puede evitar pedir que si alguien se mete en ese jardín, por lo menos que lo haga bien.

Asistimos a larguísimas secuencias, interminables oscuridades, investigaciones absurdas y “descubrimientos” ilógicos. A ello se suma un complot extraño y mal explicado que avanza con tanta lentitud que se te olvida lo que está en juego.

No ayuda el grupo de actores, ni sus sosos diálogos, ni la vulgaridad de los detalles, ni el lenguaje excesivo y lleno de tacos, ni… en fin, nada contribuye al crecimiento de este título que, a medida que avanza, empeora.

Firma: Mar Pons