Pequeñas mentirosas: Perfeccionistas

HBO ha estrenado en España el nuevo spin-off de Pequeñas mentirosas (PLL), la serie que durante siete temporadas cautivó especialmente al público adolescente (y se convirtió en el guilty pleasure de muchos adultos).

Haremos un breve resumen para los que no conozcan el universo de PLL. La historia giraba alrededor de la desaparición de una chica popular y extremadamente manipuladora, Alison, abeja reina de un grupo de jóvenes populares. Al parecer, dicho grupo tenía muchos secretos que ocultar y, tras su desaparición, las integrantes empezaron a recibir mensajes firmados por “A” en los que se las amenazaba con desvelarlos. En esta serie no había relaciones prohibidas ni existía la figura paternal o la autoridad policial: adolescentes de 16 años iniciaban romances con profesores, eran infieles, dormían con sus novios en sus habitaciones sin que sus padres ni se diesen cuenta, tampoco existía la familia ni la policía cuando eran repetidamente acosadas y sufrían intentos de asesinato, secuestros e incluso ellas mismas cometían delitos. Además de todo esto, las protagonistas siempre estaban perfectas, delgadas y fabulosas 24/7.

Sin haber visto dicha predecesora, pero ahora ya conociendo más de lo necesario (pues estamos ante una réplica de la fórmula del éxito), centrémonos en este nuevo boom asegurado para jóvenes (y no tan jóvenes).

Pequeñas mentirosas: Perfeccionistas ya no gira entorno un drama juvenil de instituto, sino que se traslada a una universidad de élite con la que se pretende dar una impresión de mayor madurez (y mejor justificación de las conductas). Los nuevos personajes forman parte de un selecto programa de la Beacon Heights University (BHU) que obliga a los estudiantes, básicamente, a ser perfectos. De nuevo vemos un desfile de arquetipos de chicas y chicos adinerados, guapos, esbeltos y exitosos en todo lo que se proponen. Una vida de excesos donde no hay momento suficientemente casual como para no lucir un vestido ceñido y unos tacones de infarto.

Además de las convenciones del género, a este nuevo producto televisivo hay que sumarle unos personajes con reacciones y comportamientos absurdos y exagerados y una trama “gran hermano” inverosímil que, por lo que se ha visto en sus dos primeros capítulos, solo se salvará gracias al morbo por los cotilleos, todo ese exceso de sensualidad y por sus aderezos y purpurinas varias; los ingredientes perfectos para volver a ser el placer culpable de muchos espectadores.

Firma: Estefanía González