Rapa (T2)

Javier Cámara y Mónica López vuelven a sus personajes gallegos con los que triunfaron en la primera entrega. En esta ocasión, dos casos paralelos ocupan a la inspectora y al ex profesor de instituto. Además, la inapetencia vital de Tomás (Javier Cámara), provocada por su carácter y su enfermedad degenerativa, envuelve el drama y colorea de gris una trama ya de por sí triste.

A las investigaciones que forman parte del guión, se suma la evolución de la enfermedad del protagonista como una ramificación imprescindible para componer la historia de Rapa. La ELA que padece Tomás susurra dolor, egoísmo, incertidumbre, aceptación y dependencia durante todo el metraje. En este sentido destaca la gran interpretación de Cámara y el sencillo, pero genial, papel de su nuevo acompañante Tacho, interpretado por Dario Loureiro.

Esta segunda temporada, a diferencia de la primera, arriesga menos a nivel formal, pero profundiza más en el sentir de sus personajes, en el sufrimiento, en las consecuencias de los actos, en la justicia y en las obligaciones y compromisos adquiridos. Así, son muchos los temas que se descubren en Rapa y ninguno de ellos es fácil de abordar. No obstante, se acometen sin dramatismos y tampoco se les da una solución radical.

Rapa vuelve a ser un lugar bien construido para pasear las emociones, empatizar con los protagonistas e involucrarse en las investigaciones. Eso sí, sin prisas. No debemos esperar complicados giros de guion ni una visión fresca y esperanzadora de la existencia humana.

Firma: Mar Pons