Rapa (T3)

Con esta tercera temporada se cierra la historia de Tomás, un hombre difícil, de carácter agrio, insociable y cargante. Un individuo que no tendría opciones en la ficción si no fuera por sus personajes complementarios, Maite y Tacho, y porque su final está cerca. Diagnosticado de ELA, a Tomás se le perdona casi todo: el mal humor, su antipatía natural y el egoísmo implícito en cada una de sus acciones. Sin embargo, todos esos rasgos de su personalidad vienen en su ADN y la enfermedad solo los disculpa.

Con este protagonista, que ha llevado una vida más bien solitaria, era inevitable que la eutanasia saltara a la palestra. Rapa intenta proponer una reflexión y, una vez más, el bonachón de Tacho actúa de contrapunto. No obstante, el enfermo ya ha tomado su decisión y será él, con su particular forma de ver el mundo, quien decida cómo y cuándo acabar con todo.

No sabemos si es porque Tomás dimite de la vida, porque las tramas son menos llamativas que en las anteriores temporadas o porque la resolución de los casos es tremendamente casual, pero este cierre queda por debajo de las expectativas.

Lo que sigue vigente en esta entrega es la bella fotografía, los paisajes y el trabajo de personajes y de sus intérpretes. Todo ello puede bastar para que lleguemos hasta el final, sobre todo, si conocemos la historia. Pero duele que, como conclusión, nos quede la sensación de individualismo, de desesperanza y de renuncia provocada por su personaje principal.

Firma: Mar Pons