El regreso de la espía

El regreso de la espía, serie de producción estadounidense, ha tomado Madrid como escenario principal. Situar los argumentos en ciudades extranjeras es una acción bastante común entre guionistas. Muchas veces, entre otras posibilidades, quedan atraídos por el encanto de su arquitectura o por un recorrido histórico que les permite enmarcar relatos seductores.

Esta vez la decisión no nos convence. Quizá, porque al conocer el espacio personalmente advertimos que hay afirmaciones que no encajan en la España de extremos que se retrata. Para procurar darle un aire más verídico, el reparto cuenta con una serie de actores nativos como José Luis García Pérez que, ellos sí, pueden vitorear tranquilamente a su tierra sin causar extrañeza en el público.

La propuesta de Netflix no empieza con buen pie. El inicio es torpe y el desarrollo costoso de seguir. Además, al espectador le faltan datos para entender por dónde va la trama, diferenciar los hechos importantes de los superficiales y formar una opinión sólida de los personajes (que evolucionan muy poco a pesar de que pasan muchas cosas).

Ahora, esto no supondrá un problema para quienes se entretengan con las persecuciones de coches, las peleas coreográficas y los rápidos cambios de plano. Si dejamos de buscar la lógica en aquello que se cuenta o la coherencia entre los lugares que se nombran y los que verdaderamente aparecen en pantalla, El regreso de la espía se convierte, sin duda, en un título para disfrutar y desconectar.

Además, siempre es emocionante ver cómo, en las mismas calles por las que hemos paseado tantas veces, se persigue a agentes del FBI, se lucha por la justicia y se conduce a toda velocidad.

Firma: Júlia Nafría