Reverie

La propuesta de NBC, presentada en nuestro país por el canal SYFY, combina ciencia-ficción y misterio lo que supone ya un punto de partida atractivo para el entretenimiento doméstico. Ya adelanto, de todos modos, que, a pesar de mi juicio favorable, no parece que Reverie haya contado con el favor del público ya que se canceló tras finalizar la primera temporada.

Esto no es un dato necesariamente negativo, ya que nos permite disfrutar de diez capítulos interesantes sin peligro a engancharnos o sin que sus productores, como muchas veces sucede en las series de éxito, acaben prolongándola artificialmente y convirtiéndola en un culebrón incomprensible.

Cada capítulo de Reverie es independiente y presenta una trama de rescate virtual en la que Mara Kint, la protagonista de la serie, intenta convencer a los clientes del programa Reverie de que deben abandonar el mundo ideal en el que se han refugiado para poder salvar su vida. Y en ese punto está la clave dramática de nuestra serie: muchos de los que acuden a Reverie lo hacen para huir de sus vidas y hallar consuelo en el recuerdo de un pasado feliz o en el deseo virtualmente concedido de ser diferentes a lo que son.

Enganchados a esa vida fingida no son capaces de volver a la tristeza, soledad o insatisfacción dolorosa de su verdadera existencia. Mostrar la riqueza de la vida que le ha tocado vivir a cada uno, aunque no sea efectivamente la mejor de las soñadas, será el reto que debe asumir Mara.

A pesar de los elementos de ciencia-ficción propia del género, lo que hace que a veces el guion caiga en lo inverosímil o incomprensible, el espectador tiene fácil empatizar con los dramas humanos que sufren esos clientes de Reverie y dejarse atraer por la humanidad de sus planteamientos o los de Mara.

Tampoco es difícil hacer una lectura aplicada a cada uno de nosotros, quienes, muchas veces y sin tener el programa Reverie a mano, sentimos a la tentación de huir con la imaginación de nuestras vidas y perdernos en recuerdos o ensoñaciones legítimas pero inconsistentemente irreales.

Disfrutar tranquilamente de estos diez capítulos puede aliviar las tensiones diarias y ayudarnos en alguna medida a buscar lo bueno que nos rodea, que seguro que es mucho.

Firma: Esther Rodríguez