Sangre y dinero

Con una trama algo confusa, Sangre y dinero escarba en los entresijos de uno de los fraudes más sonados de Francia. Basada en hechos reales y en el libro de Fabrice Arfi, la serie recoge y ficciona los años de una investigación sin precedentes. Y, después de doce capítulos de casi una hora de duración, su audiencia ha descubierto por qué y cómo la bolsa puede ser un lugar apetecible para los estafadores.

Sin duda, uno de los alicientes para ver esta ficción es el personaje del investigador, Simon Weynachter. El papel está sólidamente interpretado por Vincent Lindon, y forma tándem con otra atractiva figura (y antagonista), el seductor maestro de la estafa Jérôme Attias (Niels Schneider). Ambos cargan con sus dramas personales y una inquebrantable determinación que los enfrenta. Tan sólida como su interpretación es la evolución de la pareja a medida que avanza la trama.

El juego del gato y el ratón es la esencia de un guión que muestra los excesos sin sutileza: drogas, alcohol, sexo, salas de juego, violencia y dinero a raudales. Este ambiente en el que se mueven los estafadores también encuentra su imagen opuesta en la austeridad del protagonista. Una austeridad vital que se traslada a sus gestos, sus palabras, sus emociones y, en general, a su forma de afrontar la vida.

El malísimo doblaje influye hasta que nos acostumbramos. Y su inicio algo disperso provoca que empatizar con este título nos lleve más tiempo del que nos gustaría. Aún así, llegar al final «el fraude del siglo» compensa los momentos menos elegantes o los más tediosos. El conjunto es un thriller que cuida los detalles para que la historia sea convincente, que se cuece a ritmo europeo y que golpea por los dramas humanos que retrata.

Firma: Mar Pons