The Eddy

The Eddy es una serie hecha por y para amantes de la música. Tanta es la importancia que esta recibe que a menudo las interpretaciones musicales pueden llegar a darnos incluso más información que los propios diálogos.

La calidad del apartado sonoro es sobresaliente. Glen Ballard, ganador de cinco premios Grammy, es el encargado de componer la música original de la serie. Espectadores, atentos, porque la composición principal, The Eddy, interpretada por St Vincent, es un temazo.

Los capítulos son largos, a veces incluso demasiado, ya que dan muchas vueltas a los mismos personajes. La cámara los sigue en todos sus movimientos, e incluso el montaje final parece imperfecto.

Le sobra metraje y también definir mejor los roles principales que parecen distantes de la cámara, que solo vemos totalmente vivos cuando tocan un instrumento u oyen la música que crean los demás. Aunque se podría haber contado la misma historia en menos tiempo, los directores que han preferido vivir ese desgarrador realismo.

Los dos primeros capítulos los dirige Damien Chazelle. En estos vemos pinceladas de Whiplash y de La la land. De hecho, The Eddy recuerda al primer club de jazz en el que tocaba Sebastian. Quien las haya visto podrá percatarse de los guiños ocultos de ambas películas.

La serie pide ir viéndola poco a poco, saboreándola, gozando de cada canción, de cada interpretación, de cada problema y de cada mirada. Sin prisas. No hay casi acción como la entendemos hoy. Es una introspección a los siete personajes y a lo que les une: The Eddy y el jazz.

Firma: Rosa María Aguilar