The end of the f***ing world

The end of the f***ing World lo dice todo en su título, porque es lo que les está a punto de suceder en cada capítulo a nuestros protagonistas, que acaben con un tiro en la cuneta en cualquier momento. Pero el título también, expresa muy bien los sentimientos de Alyssa, una adolescente con una madre con enormes problemas de autoestima que sólo quiere que el mundo arda y se consuma. Paréntesis, The End es una serie de adolescentes pero no es para adolescentes… o al menos no para que los adolescentes la vean solos.

Como hemos dicho, Alyssa es una rebelde que trata de acabar con las normas, es su manera de protestar. En su lucha, se ve involucrado James, un tipo de su misma edad carente de sentimientos desde que presenció el suicidio de su madre. James mata a conejos para tratar de experimentar alguna emoción pero, al no conseguirlo, va a probar con algo más grande y su nueva amiga le proporciona una buena oportunidad.

No se asuste el espectador. Esto no es una serie de psicópatas. Son dos tipos con traumas en busca de la felicidad y ahí comienza su aventura en un road-movie de dos temporadas en el que nunca sabes qué puede suceder. Cabe destacar la apuesta por un tono, una música y un ritmo muy característico, casi como un jazz donde por momentos se ralentiza el tempo o se acelera.

En definitiva, una serie que nos enamorará a algunos y a otros les resultará insulsa. Muy recomendable para educadores y padres con hijos adolescentes.

Firma: Llorenç Ramis