The Great

Un elenco conocido siempre es un buen reclamo para empezar a ver un nuevo producto y, probablemente, el reparto de The Great sea una buena razón para acercarse a este relato “histórico”. Como bien anuncia su título, la serie está “ocasionalmente basada en hechos reales” y ciertamente su semejanza con la realidad es casi por accidente. Tony McNamara pretende narrar la llegada al poder de Catalina la Grande haciendo sátira y con clips gamberros. No obstante, este mejunje no permite definir con claridad cuál es el propósito de los episodios o a quién se dirigen, por lo que no se llega a encontrar sentido.

La temporada es muy bizarra y se recrea en la violencia, el sexo y las palabras vulgares. Resulta agotador el comportamiento de los personajes, que están constantemente rompiendo objetos, teniendo relaciones sexuales indiscriminadas o matando a personas impulsivamente y sin razones lógicas, como si se tratase de un espasmo que no pueden evitar. Si uno no se abandona a ese caos y se deja llevar por la conducta tribal y primitiva de la aristocracia rusa, no encontrará ningún otro interés en estos diez capítulos.

Nicholas Hoult y Elle Fanning deslumbran con su trabajo y son la mayor virtud de esta macabra producción. Él logra ser extraordinariamente insufrible y ella realiza un magnífico y convincente recorrido desde la ingenuidad y la inocencia hasta la determinación e incluso la perversidad. Ambos papeles están bien desarrollados y grotescamente caricaturizados, con la intención de hacer reír a la audiencia. Es innegable la química que hay entre los dos actores y sus escenas compartidas son magnéticas.

La colección de secundarios que rodean a Pedro III y Catalina también son dignos de mención, pues contribuyen en gran medida a la hilaridad que estimula este absurdo conjunto. Entre ellos, destaca la actuación de Phoebe Fox como dama de compañía, quien, con algunas de sus apariciones, da un respiro al público entre tanto sinsentido.

Básicamente, The Great es un retrato sin censura de la inmoralidad de la corte de Pedro III, que no pretende ser fiel al rigor histórico y se toma muchas licencias. Además, su creador se propone seguir seguir explorando la época en una segunda temporada que está por venir. Sin un objetivo bien perfilado, es una serie desorbitada en todos los sentidos.

Firma: Patricia Amat