The Mandalorian

El esperado estreno de Disney+ es un fenómeno con el que George Lucas ha conseguido reconciliarse con sus seguidores y devolverles la ilusión que perdieron tras la decepción de las últimas películas. Las constantes referencias a las películas –aunque comedidas y bien encajadas– son una experiencia nostálgica para todos los que venían buscando una continuación de la saga.

Lo brillante de la serie es que va dirigida tanto para los fans, como para los que no lo son, siendo igualmente satisfactoria para ambos. Los primeros encontrarán la esencia de Star Wars y una producción digna de los primeros films. Para los segundos será una temporada trepidante, llena de acción, aventuras y figuras simpáticas. Es un gran acierto que tanto la trama como los personajes sean completamente nuevos y no haga falta haber visto nada previo del universo en el que se ambienta. De esta manera, los capítulos también funcionan como reclamo para introducir a los nuevos espectadores en el mundo de La guerra de las galaxias.

El arranque puede resultar lento y sin riesgo, pero el punto fuerte de la producción reside en su simplicidad y elegancia. El relato no se complica sin sentido ni introduce infinidad de secundarios innecesarios. Por otro lado, la estética es impecable y refuerza la sólida narrativa. Mención especial a los títulos de crédito, cuyas ilustraciones vale la pena contemplar.

Es evidente que la introducción de “The child” o “Baby Yoda” (como se le ha apodado) es la excusa para producir gifs y merchandising que contribuyan a la comercialización del producto. Sin embargo, es prácticamente imposible que no encandile al público. Es tan irresistiblemente adorable que también es el gancho para atrapar a la audiencia y hacer que quiera continuar viendo la historia. Tanto él como el mandaloriano son unos protagonistas sobrios y carismáticos. Con pocas palabras, la actitud de ambos es suficiente para soportar el peso de la crónica y encariñar a los presentes. Es asombrosa la interpretación de Pedro Pascal que, bajo el casco, logra ser deslumbrantemente expresiva.

La creación de Jon Favreau es una propuesta entretenida y espectacular que engancha y colma las expectativas tanto de quienes la esperaban como de los que llegan a ella por casualidad. Su final es a la vez gratificante y abierto, puerta a la segunda temporada, que todo aquel que se haya aficionado aguardará con ganas. Probablemente, The Mandalorian sea uno de los mejores resultados de la marca y la demostración de que las cosas pueden continuar haciéndose bien. Sin duda, “este es el camino”.

Firma: Patricia Amat