Three Pines

Las diferentes novelas de Louise Penny son el motivo de esta producción que, en su primera temporada, relata cuatro casos en ocho capítulos. Un hecho puntual, la desaparición de Blue Two Rivers, una joven indígena, sirve de nexo entre los diferentes episodios. Pero, además, es también la denuncia de hechos reales sobre el maltrato a las comunidades indígenas, en especial del drama de la desaparición de mujeres de los pueblos nativos de Canadá.

También este hilo argumental sirve para mostrar la personalidad de un protagonista reflexivo, prudente, culto y con una gran necesidad de conocer la verdad. El inspector Gamache, perfectamente interpretado por Alfred Molina, ve en la justicia el restablecimiento del orden natural. El bien, la honestidad y una cierta necesidad de tener todo bajo control despiertan en él fantasmas del pasado y dolorosas heridas por cicatrizar. Así, lejos de ser un hombre perfecto, Gamache nos acerca a la humanidad y a la debilidad de todos.

Sin embargo, Gamache no es el único personaje destacable de la serie. El reparto en general ofrece miles de posibilidades que el guión aprovecha poco. Nos interesan cada uno de los individuos que se pasean por Three Pines, desde el equipo de policías, hasta los habitantes del pueblo (la maravillosa Ruth o la misteriosa Bea).

En su conjunto, la serie no deja de ser una formalidad del género negro y un procedimental policíaco. Sin embargo, atrae por su ritmo pausado, por sus paisajes, por sus ya comentados habitantes, por un humor inesperado y por algún que otro destello sobre la dignidad humana, el amor matrimonial y la búsqueda de la verdad.

Puede variar nuestro interés hacia la serie según el caso que se investiga. Entre los cuatro, quizá el segundo es el más rebuscado (aunque todos tienen varias capas) y el último el más confortable (por la resolución de los flecos). No obstante, el final abierto nos deja a la espera de una segunda temporada que, al parecer, nunca llegará.

Firma: Mar Pons