La reina Carlota: una historia de Los Bridgerton

Si uno espera de esta precuela un producto tan ridículo como Los Bridgerton, encontrará exactamente eso, pues La reina Carlota no es más que un chicle estirado que repite todos los ingredientes de la propuesta original. De este modo, nos encontramos ante un drama que se empeña en catalogarse “de época” –aunque nadie sepa de cuál debido al revisionismo histórico– con un reparto seductor, unos escenarios apabullantes y una fotografía atractiva.

A su favor, se podría decir que esta temporada incluye algún acontecimiento veraz y no es tan excesivamente frívola como la anterior. Aun así, su guion inverosímil, sus personajes interesados y manipuladores, las escenas explícitas y la reescritura del pasado sin ningún objetivo restan valor a lo poco que se pueda aprovechar de su trama.

Es una lástima que no se hayan aprovechado los medios para profundizar en la realidad del matrimonio entre el rey Jorge III y la reina Carlota. En su lugar, Netflix ha preferido, como era de suponer, desarrollar episodios adictivos llenos de un romance pasteloso y sensual. Y, en ese sentido, sorprende que se haya diluido tanto el protagonismo entre tres relatos diferentes –uno de los cuales se nota forzado para unir las dos series– que pueden hacer perder el interés.

En definitiva, la creación de Shonda Rhimes, que insiste en sus mensajes raciales y LGTB+, es un título innecesario, muy similar a su predecesor, hecho especialmente para satisfacer a los fans.

Firma: Patricia Amat