En 2011, la novela de Alan Glynn se convirtió en un mediocre largometraje lo mejor del cual era su protagonista, un Bradley Cooper (Alias) confinado en la piel de un escritor, Eddie Morra, frustrado, abandonado y sin rumbo fijo hasta que descubre los efectos de una nueva droga de diseño: el NZT.
Ahora, es Craig Sweeny (Elementary, Medium) el que recupera la historia y la adapta para la pequeña pantalla. En Sin límites, la serie, Eddie Morra ya es senador, sin embargo no recae en él el papel protagonista, aunque aparece de vez en cuando para dar coherencia a esta secuela. A cambio, el papel principal corre a cargo de Jake McDorman (Shameless) que encarna a un joven músico sin un futuro alentador, Brian Finch.
La serie, que con un argumento tan poco llamativo podría entrar a formar parte del elenco de ficciones basadas en el género policíaco y procedimental –con todos límites que este comporta–, sabe encontrar su hueco y proclamarse diferente al resto.
Está narrada en off por el protagonista y en primera persona (como ya ocurría en la película), un detalle interesante aunque, a veces, sus intervenciones resultan repetitivas o demasiado evidentes. También, la ficción incorpora grafismos, desdobles de personalidad (Finch habla con su otro Finch), recreaciones oníricas o imposibles y juegos visuales para marcar la diferencia. Además, sabe ironizar sobre las fórmulas mil veces vistas en otras historias y utiliza, a su favor, el humor a través de los diálogos y las situaciones más comunes.
Es discutible su propuesta argumental pero, al final, lo que cuenta es que el protagonista convenza con su historia y que disfrutemos con ella y, sin ser una oferta excepcional, Sin límites alcanza el propósito de entretener sin más aspiraciones.
Quizá en la serie se descubre una cierta tendencia a exculpar los métodos para alcanzar un fin. Así, la salvación del padre del protagonista o su propia existencia en general se debería enfrentar a un debate moral más profundo del que se sugiere. Y aunque, como ya hemos dicho, Sin límites no pretende llegar mucho más allá, el espectador no debe permanecer ajeno a esta licencia ética.
Con todo lo anterior, concluimos que este espacio es una opción a tener en cuenta para aquellos que, sin pensar demasiado, busquen ocio pasajero, poco memorable y bien presentado.
Firma: Mar Pons
Género: Serie
Subgénero: Policíaca
Año: 2015
Cadena: Paramount Channel
Intérpretes: Hill Harper, Jake McDorman, Jennifer Carpenter, Mary Elizabeth Mastrantonio, Michael James Shaw, Tom Degnan
Presentador: -
Brian Finch tiene 28 años y lleva desde su adolescencia intentando triunfar en el mundo de la música, pero no consigue progresar más allá del bar en el que toca por las noches. Fichn está pasando una temporada deprimente; nada le sale bien y, además, en su familia nadie le valora excepto su padre, que padece una enfermedad no diagnosticada, grave y terminal.
Fich accede a un trabajo temporal en un intento de ordenar su vida y allí se encuentra con su antiguo compañero músico, convertido ahora en un tiburón de las finanzas. Éste, para echarle una mano, le facilita una droga de diseño con la que podrá exprimir las capacidades de su cerebro al 100% mientras dure su efecto.
Tras algunas trifulcas, Finch acaba detenido por el FBI, que descubre en Brian al único sujeto que no presenta los mortales efectos secundarios que provoca el NZT. Finalmente deciden hacer un trato: él se convertirá en asesor si ellos le proveen de la ansiada droga y le consiguen un nuevo hígado para su padre.
De esta forma, Brian Finch entra a formar parte del FBI y trabaja junto a la agente especial Rebecca Harris, una investigadora sobresaliente con un oscuro pasado, y su confidente el agente especial Boyle, ex-militar.
Título original: Limitless
Creador: Craig Sweeny
Director: -
Guión: Craig Sweeny
Productora: Action This Day!, K/O Paper Products, Relativity Television
Duración: 42'
País: -
Temporada: 1