The Confession

En esta serie es tan relevante la manipulación psicológica (tan culpable de la evolución de la trama) como del hundimiento interior de los protagonistas. Así, el intercambio de roles –el confesor pasa a ser el penitente y el asesino a ser juez– es continuo y sorprendente.

El británico John Hurt (El hombre elefante, El exprés de medianoche, Los crímenes de Oxford) encarna con su fuerza habitual a un sacerdote, temeroso de Dios y pecador arrepentido, obligado a enfrentarse al dilema de explicar a un hombre sin conciencia la diferencia entre el bien y el mal, la existencia y el perdón de Dios, el arrepentimiento y la esperanza del más allá.

Por su parte Sutherland, en su papel de asesino de sangre fría y apariencia de hombre sin piedad, plantea una a una las preguntas más sangrientas para un hombre sin fe: ¿existe Dios? y, si es así, ¿cómo puede Dios permitir que vivan ciertas personas? o ¿por qué el hombre no puede intervenir en los designios de su Creador?

Bien es verdad que esta producción no pretende dar respuestas, ni el espectador tiene que esperar encontrarlas. The Confession es, en definitiva, un drama psicológico que tiene como protagonistas a dos hombres abatidos por su naturaleza pecadora con la que cada uno se enfrenta a su manera.

Un relato atractivo y sugerente del que solo lamentamos la distribución, puesto que los pequeños clips en los cuales se sirve la serie obligan a un continuo corte del clima de tensión que consigue la historia y acaban por hacer odiar al espectador la marca que los patrocina.

Firma: Mar Pons