Timeless (serie)

Por darse la circunstancia inversa a la que estamos acostumbrados, esta vez es obligada la comparación entre dos series. Se trata de la española El Ministerio del Tiempo y esta producción americana que tantas similitudes guarda con la serie de los hermanos Olivares.

Dejando de lado la demanda interpuesta a la cadena estadounidense NBC por plagio (que acabó en acuerdo en 2017), cabe señalar que, en cuestión de guiones, nuestra serie es mucho mejor que Timeless. No sólo porque la serie de Olivares se las ingenia de una forma mucho más original para pasar de una época a otra, evita los excesos de patriotismo y algún que otro cliché de serie B, sino también porque nuestra historia es mucho más larga y más rica en variaciones, lo cual ayuda a lucir mejor los personajes y las tramas.

Si nos centramos en el título que nos ocupa, lo cierto es que Timeless ni siquiera hace el esfuerzo de innovar en el transporte temporal. Pero aún hay más, los traumas personales de los protagonistas, los conflictos sociales o políticos del pasado y hasta la propuesta de una oscura conspiración son tan evidentes y están tan manidos que no queda en esta serie ni un ápice de novedad.

Sin embargo, es justo reconocer que en la producción, en el desarrollo, en la mesura y en el ritmo está el secreto de su éxito. Y es que, al final, incluso sabiendo todo de lo que carece Timeless, el espectador puede disfrutar de un producto aceptable y, de paso, aprender un poco de historia americana.

Avisamos de que la segunda es la última temporada de esta serie que –tras un estreno que fue perdiendo audiencia– se renovó para una nueva tanda solo por presión de sus fans.