
La violenta revuelta que retrata Michel Franco no es más que una coyuntura vacía para intentar provocar, a través de imágenes sensacionalistas sin un discurso fundamentado ni coherente.
La violenta revuelta que retrata Michel Franco no es más que una coyuntura vacía para intentar provocar, a través de imágenes sensacionalistas sin un discurso fundamentado ni coherente.
Con un argumento análogo a otras propuestas, el film de Paavo Westerberg se adentra en cuestiones sugerentes; eso sí, con fluctuaciones al poner demasiado el foco en unos elementos frente a otros.
El guion de Marie Vien invita a emprender un viaje a un país asiático para seguir a la protagonista en busca de paz interior. Se desarrolla con lentitud a través de hipnóticos paisajes exóticos y llamativos.
Stéphane Demoustier dirige un film correcto y doloroso con una buena realización, pero con falta de profundidad en el contexto y los personajes. La historia que se narra es descorazonadora y aboca al pesimismo.
El relato sobre los orígenes de un joven contaba con recursos suficientes para poder destacar el trabajo de la directora pero, lamentablemente, los desperdicia y llega a un resultado pedante y desequilibrado.
Azuelos apuesta por un retrato cómico, pero agridulce, de la vida de no pocas mujeres en la actualidad. Maternidad, educación, nido vacío y otros aspectos se mezclan con ligereza, pero descubriendo también carencias.
Disney continúa con el intento de revitalizar su historial de antagonistas, ahora en carne y hueso y mostrando su complejidad. El resultado es visualmente eficaz, pero pobre en el relato y de excesiva duración.
El personaje creado por Monkey Punch llega a la gran pantalla en formato de animación muy bien resuelta. La propuesta de Yamazaki es entretenida, ágil y bien dibujada para todos los públicos.
Guy Ritchie retorna con remake que resulta una nueva propuesta de acción, violencia y velocidad, ejecutada con pericia y solvencia. Nada nuevo bajo el sol, tampoco el hieratismo de su protagonista.
Con un dúo protagonista de altura y a partir de una vivencia personal, la cineasta noruega ofrece un film sincero que invita a la reflexión. Su rémora son unos diálogos excesivos y poco cinematográficos.