
La amistad entre dos niñas de ocho años da pie a una maravillosa reflexión acerca del vínculo materno-filial. Las dos pequeñas actrices protagonistas deslumbran en este conmovedor relato, sencillo pero profundo.
La amistad entre dos niñas de ocho años da pie a una maravillosa reflexión acerca del vínculo materno-filial. Las dos pequeñas actrices protagonistas deslumbran en este conmovedor relato, sencillo pero profundo.
El film de Wes Anderson es un proyecto formal llevado al límite. Tiene el innegable sello estético del director, pero el exceso ornamental (y de actores conocidos) acaba sofocando la evolución de personajes o el relato que se narra.
Pierre Pinaud dirige un título idóneo para reír y emocionarse durante unos minutos con una historia sencilla, enmarcada en un gran campo de rosas. Llenará la sala de frescura, elegancia, color, amabilidad y buen humor.
Las grandes actuaciones, la magnífica fotografía y la emotiva banda sonora, aunque brillantes, no logran disimular la convencionalidad de un relato que maquilla y justifica, con el pretexto del amor, un asunto serio y espinoso.
La misteriosa sociedad Benedict es uno de los productos estrella de Disney. Inteligente, amable e inocente, cuenta una gran historia, con personajes entrañables, para toda la familia.
Marcos Ruiz, Begoña Vargas y Chechu Salgado protagonizan una historia de transición con acción, humor y suspense. Su buen hacer logra conmocionar al público con un relato que difumina la frontera entre el bien y el mal.
Esta adaptación de la familia Addams pierde parte de su esencia, aunque no abandona del todo la excentricidad característica. Es una propuesta divertida, dirigida a todos los públicos, con música actual y una animación original.
El cierre de Daniel Craig en la saga de James Bond es magistral. Con la misma acción y elegancia de siempre, esta última entrega descubre una versión más personal del agente, cuenta con sorpresas y resulta conmovedora.
La historia de Benedetta se narra sin coherencia alguna, con una gran cantidad de imágenes eróticas y violentas. Es una propuesta irreverente y, aunque cuenta con buenas actrices, el resultado es grotesco, tedioso y ofensivo.
La secuela que dirige Rodo Sayagues es menos efectiva que la original debido a una falta de trabajo en el guion. Cuenta con diálogos postizos, escenas inverosímiles (forzadas para ser convenientes) y una cantidad exagerada de sangre.