
Basada en la trágica pérdida del propio director, la película resulta tan atractiva como confusa por la ambiciosa voluntad de explorar el dramático suceso desde demasiados vértices.
Basada en la trágica pérdida del propio director, la película resulta tan atractiva como confusa por la ambiciosa voluntad de explorar el dramático suceso desde demasiados vértices.
El film narra el viaje físico e interior de un sacerdote danés que parte hacia Islandia. Cuenta con una fotografía espléndida pero se ve desmerecida por el exceso de metraje y el guion abrupto en su último tramo.
Cata de vinos es una película sencilla, pausada y con buenos protagonistas. Con delicados toques de humor, busca retratar el inicio de una relación romántica y las dificultades para aceptar las diferencias.
El director y guionista vasco Álvaro García-Capelo dirige su primer largometraje en el faro de su hermana en Bermeo. Un entorno de película para una historia con potencial, pero que adolece por todas partes de la falta de medios.
Con una premisa y una puesta en escena prometedoras, el largometraje va virando hasta convertirse en una experiencia incómoda, salvaje e incluso gore que reflexiona acerca del sentido de la vida.
El primer día de mi vida es una importante reflexión sobre el sentido del dolor que anima a buscar incansablemente la felicidad. Cuenta con un reparto sobresaliente y una música que ayuda a envolver la historia.
La historia real de la carrera culinaria de Yazid Ichemrahen es la base de esta optimista propuesta con un gran protagonista, maravillosos planos detalle y un guion que subraya el valor de la resiliencia y perseverancia.
La crisis vital que sufre Isaías conforma una trama sólida que invita a reflexionar sobre las prioridades de cada uno. El buen trabajo de Miki Esparbé y el tono cómico redondean una experiencia que deja un buen sabor de boca.
Con la Primera Guerra Mundial y el colonialismo francés como telón de fondo, la película de Mathieu Vadepied ofrece un relato emotivo, con un contundente mensaje y una exaltación del amor paternofilial.
Laia Costa, con su impecable interpretación, lleva las riendas de una historia sobre nuevos comienzos y reencuentros con uno mismo. La trama avanza en calma como si de un lento proceso de sanación se tratara.