
Esta brillante película de David Zonana está cargada de intención y denuncia. Afortunadamente, no cae en los chilchés de la escuela militar y permite reflejar una realidad de muchos mexicanos.
Esta brillante película de David Zonana está cargada de intención y denuncia. Afortunadamente, no cae en los chilchés de la escuela militar y permite reflejar una realidad de muchos mexicanos.
Basada en una obra del escritor victoriano Joseph Sheridan Le Fanu, El legado es una adaptación correcta pero no logra ser memorable. Destaca la cuidada fotografía, que aporta un contrapeso a la oscuridad del guion.
A pesar de estar liderada por las interpretaciones de Carmen Machi y Karra Elejalde, un guion pobre, un ritmo torpe y una realización precipitada desmerecen las buenas intenciones y los positivos mensajes de la película.
Una adaptación literaria vacía, llena de protagonistas planos y una realización que contempla desde la despersonalización. Acentúa toda una serie de tratamientos temáticos de una frívola superficialidad.
Pese a su premisa, se convierte en un film pesado a consecuencia de emociones exageradas por parte de los personajes. La protagonista tampoco consigue que empaticemos con su situación y sus decisiones.
Las excelentes intérpretes protagonistas y sus personajes conducen a buen puerto esta historia que aporta una interesante reflexión sobre la madurez, sin dejar de ser una comedia algo chabacana.
El film de Chie Hayakawa es a la vez escalofriante, por su cercanía a la realidad, y esperanzador. Con calma y realismo, la cineasta muestra las consecuencias de una vida sin respeto a la dignidad humana.
Como si se tratase de cuentos de Grimm, Kristoffer Borgli transmite de manera brutal el horror de una vida egoísta y vanidosa. A pesar de su ritmo irregular, logra causar impacto en el espectador.
Es complicado encontrar coherencia en el enrevesado guion de Decodts y Larivière. No obstante, el elenco protagonista ayuda a dejar un buen sabor de boca al que consigue aguantar el metraje.
El film, de excelente tacto, aporta un enfoque no visto hasta ahora de la figura de la emperatriz de Austria. Es un magnífico retrato ensalzado por una interpretación compleja de Sissi, a cargo de Vicky Krieps.