
Esta nueva adaptación de Los tres mosqueteros mantiene la esencia de la narración de Dumas pero, gracias a las posibilidades que ofrece actualmente la industria del cine, nos hace vivir la trama como nunca.
Esta nueva adaptación de Los tres mosqueteros mantiene la esencia de la narración de Dumas pero, gracias a las posibilidades que ofrece actualmente la industria del cine, nos hace vivir la trama como nunca.
Aunque se trata de una historia mil veces contada, El piloto es una película que cumple su objetivo. Proporciona más de hora y media de acción, diversión y grandes interpretaciones que mantienen en tensión hasta el final.
Esta comedia se inclina mucho por los chistes fáciles y un humor desactualizado. Encadena situaciones incómodas, incluso para los propios actores, resultado de un guion muy pobre, pero que consigue hacer gracia.
Christian Duguay escribe y dirige una cálida historia de superación en la que se muestra la mejor versión del ser humano. Conmueve sin empalagar y deja un buen sabor de boca.
El film es una maravilla visual y argumental. El pequeño Nicolás no solo apela a la belleza con sus ilustraciones, sino que despliega una gran sinfonía de emociones que llega a las más diversas audiencias.
Memorias de París es una historia de superación de una superviviente del atentado de 2015. Virginie Effira hace un gran trabajo interpretando a una víctima que ha borrado sus recuerdos y trata de reconstruir los hechos.
L’immensità es una colección de materias serias que no logran plasmarse en una historia bien hilada. Cuenta con una buena protagonista y una estética maravillosa, pero descuida a sus personajes y a su trama.
La aventura de dos chicas en una plataforma a 600 metros de altura conforma un film muy eficaz a la hora de implicar al público. En algún punto es poco verosímil, pero, en su conjunto, funciona.
La propuesta de George Miller auguraba una historia fantástica con todos los ingredientes para triunfar. No obstante, se enreda tan exageradamente que el público puede acabar aburrido y desesperado.
Sin ninguna novedad ni recurso original, Con canas y a lo loco es una propuesta comercial para pasar un buen rato. Tiene alguna secuencia ingeniosa, una protagonista divertida y resalta la importancia de ser uno mismo.