Una película que hará reír a quien no entienda un rábano de vida monástica y que hará rabiar a quien tenga un primo en la Trapa.
Un film cuyo punto fuerte son los actores y el dilema que se plantea entorno al concepto de libertad y honestidad. ¿Hasta qué punto se debe encubrir o desenmascarar la verdad con tal de proteger a alguien a quien quieres?
Bajo la singular firma de los Coen, en la que se mezcla el thriller y la comedia absurda, Clooney se apropia de parte de la historia para denunciar la política racista que se vivió durante los años 50 y que, sorprendentemente, perdura en la actualidad.
La crucifixion, basada en un caso real de exorcismo, resulta una copia barata de otras cintas del género, con buenos efectos especiales, pero con un guion flojo y repetitivo. No convencerá al espectador más exigente y habitual de este tipo de películas.
Basada en un robo real y reciente, la película destaca por el retrato de los ancianos ladrones pero le falta sustancia en la intriga.
Steven Soderbergh rueda una especie de cara de B de los Ocean’s: a los Logan les falta dinero pero también pericia y eso provoca varios momentos cómicos. La trama se sostiene aunque abusa de un cierre algo impostado narrativamente.
El film está llamado a ser un bombazo musical para jóvenes, en el que dentro de un aire inocente y gamberro se cae en varios tópicos: la caricatura de la religión y de las monjas, y el amor confundido con el arrebato adolescente.
Tanto Alethea Jones como Julie Rudd vuelven a la gran pantalla con un film comercial y, como lo que vende es la comedia absurda, aquí la tenemos.
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Lorraine Broughton, agente del M16, llega a Berlín para recuperar una secreta lista de espías internacionales que trabajan en la Europa del Este. Su contacto, […]