
La cuarta entrega de los veteranos mercenarios no es más que otra sangría repetitiva y sin fondo. Tras la espectacularidad visual asoma una realización plana, un aburrido guion y una violencia desatada sin control.
La cuarta entrega de los veteranos mercenarios no es más que otra sangría repetitiva y sin fondo. Tras la espectacularidad visual asoma una realización plana, un aburrido guion y una violencia desatada sin control.
Si Poker face se hubiera promocionado de otra manera, seguramente hubiera sido menos decepcionante para el público. Aunque Rusell Crowe es mejor actor que director, se puede disfrutar de su film de amigos jugadores de poker.
Acción y violencia por doquier para tapar una trama previsible y simple. Es una historia de redención que se ciñe a los estándares del género donde la actuación de Banderas tiene un gran peso para hacer la película interesante.
El film es otra comedia romántica más, esta vez protagonizada por compañeros de trabajo. La complicidad entre los actores entretiene, divierte y encanta al público, pero el conjunto aporta poca novedad al género.
La forja de un campeón es un intento de mostrar que se pueden hacer biografías deportivas en la gran pantalla, pero que pasa, al contrario que su protagonista, sin pena ni gloria.
Luis Tosar y Penélope Cruz llevan correctamente gran peso de esta propuesta de cine social en torno a los desahucios. Aunque narra varias historias amargas, tiene un punto de esperanza que es de agradecer.
Men se presenta, en su inicio, como un film de terror o intriga. No obstante, acaba siendo un drama repleto de metáforas con un guion endeble y muy desagradable que no mantiene el interés del público.
A pesar de ser, en ocasiones, demasiado sensiblera y tragicómica, se trata de un gran trabajo técnico de reconstrucción del incendio, con una narración angustiosa que honra a las personas corrientes que ayudaron a sofocar el fuego.
Martin Campell y Richard Wenk remozan un poco las tramas de acción, con asesinas implacables, aunque sin mucho riesgo. El resultado es entretenido en lo visual y algo fallido en lo narrativo.
Este drama inglés de época con giros excesivamente sensuales tiene varios aciertos, pero un guion fallido. Aunque las interpretaciones y la fotografía son fascinantes, los personajes y la historia dejan bastante que desear.