
Los veteranos Pugh y Freeman protagonizan una trágica historia alrededor de la adicción. Con un enfoque esperanzador y optimista, muestran con acierto el peso de la culpa o el poder del perdón.
Los veteranos Pugh y Freeman protagonizan una trágica historia alrededor de la adicción. Con un enfoque esperanzador y optimista, muestran con acierto el peso de la culpa o el poder del perdón.
Comedia romántica bastante soporífera que, ha pesar de tener un elenco de estrellas, no hace gracia. Sus chascarrillos anticuados, sus clichés y sus estereotipos la convierten en una película de sobremesa.
La última película de Agustí Villaronga puede que no sea la que se esperaba de él, pero es una obra vitalista que provoca una sonrisa. A pesar de sus imperfecciones, es un largometraje luminoso e inocente.
Brendan Fraser vuelve a la gran pantalla protagonizando un drama que ahonda en la culpa y el reencuentro familiar de una manera muy cruda. El resultado es duro y no apto para todos los públicos.
Josh Duhamel brilla como un encantador Gilbert Galvan, el ladrón con récord de robos consecutivos en bancos canadienses. El film tiene un tono agradable y construye un thriller correcto con toques divertidos.
Todo a la vez en todas partes es justamente lo que la frase indica: un gran caos de dimensiones espacio-temporales que se suceden en lo que parece fruto de una alucinación. Es agotador, original y, a la vez, conmovedor.