Cadejo blanco sumerge al espectador en la realidad latinoamericana del tráfico de drogas. La película en sí no destaca, pero el retrato de los dilemas sociales está bien conseguido, así como también el suspense que genera.
La adaptación cinematográfica de la novela La casa entre los cactus combina un guion singular y una fotografía magnífica para dar lugar a un thriller que, sin ser redondo, resulta interesante.
Basada en la novela de Laura Santullo, El otro Tom profundiza en el tratamiento del TDAH. El mensaje se muestra a través de un ambiente natural y con unos personajes no muy forzados que dan realismo al conjunto.
Un thriller sangriento para los amantes del género. A pesar de su planteamiento inverosímil, el film sabe mantener el ritmo y el suspense. Aunque unas veces sorprende y otras decepciona.
El engranaje judicial que activa una denuncia por violación conforma un drama complejo e inteligente. El elenco hace un trabajo sobresaliente y la audiencia puede formarse su propia opinión alrededor de una historia inconclusa.
Este largomentraje invita a la reflexión y deja sin palabras al espectador. Avanza con lentitud y un inquietante silencio que envuelve el descubrimiento de la tercera cueva más grande de Europa.
El film de Adrián Silvestre transmite el sufrimiento que genera la disforia de género. Cuenta con voluntarios bienintencionados, pero el resultado es desequilibrado y el exhibicionismo excesivo.
La propuesta de George Miller auguraba una historia fantástica con todos los ingredientes para triunfar. No obstante, se enreda tan exageradamente que el público puede acabar aburrido y desesperado.
El film de Dani de la Orden y Àlex Murrull despierta la curiosidad sobre la selección española de waterpolo que participó en las Olimpiadas del 92. Aunque no es original, es eficaz y fácil de ver.
Paolo Genovese dirige una propuesta pausada que resulta en una oda –optimista y esperanzadora– a las parejas que se atreven a embarcarse y luchar por una relación amorosa duradera y positiva.