
Una secuela que excede en epicidad a la primera, mientras mantiene los elementos que ensalzaban a su predecesora. Es sin duda una propuesta entretenida, donde en medio de toda la acción destaca un reparto sobresaliente.
Una secuela que excede en epicidad a la primera, mientras mantiene los elementos que ensalzaban a su predecesora. Es sin duda una propuesta entretenida, donde en medio de toda la acción destaca un reparto sobresaliente.
El director sabe aprovechar su inteligencia rítmica y musical para sacar adelante una ópera prima irregular, pero solvente. Una adaptación digna que se eleva con el talento del tándem protagonista y su principal compositor.
Una historia de fantasmas sostenida por las cuatro actuaciones protagonistas, pero traicionada por un guion superficial y una búsqueda constante por forzar la emoción en el espectador.
La ópera prima de Charlotte Wells es un relato íntimo y sincero en el que el público se sumerge entre los dos protagonistas. Sin embargo, no acaba de ser redondo debido a alguna trampa artificial.
La ópera prima de Maggie Gyllenhaal es la introspección de una madre al borde del colapso. Su parte técnica es correcta, pero el guion está tan centrado en el tema principal que acaba dando vueltas en círculo.