
Relaciones familiares heridas, misoginia y homosexualidad reprimida componen un western majestuoso en lo visual y actoral, y funesto en lo temático y nebuloso en lo narrativo.
Relaciones familiares heridas, misoginia y homosexualidad reprimida componen un western majestuoso en lo visual y actoral, y funesto en lo temático y nebuloso en lo narrativo.
Edgar Wright sigue en su misma línea con un largometraje marcadamente estético, explosivo y cuidado. Aunque su trama es más convencional, las actuaciones y la banda sonora resultan insuperables.
M. Night Shyamalan dirige un nuevo thriller que nos traslada a un lugar paradisíaco. Sin ser excesivamente terroríficos, tanto guion como fotografía consiguen embaucar al espectador.
Taika Waititi orquesta una adaptación literaria algo libre, donde mezcla humor surrealista, drama y nazismo. Mientras que el apartado visual es solvente, el guion no logra la coherencia y eficacia que pretende.