
La secuela del archiconocido payaso pierde su razón de ser y su tono político en una película bañada de música. Lady Gaga destaca por su esfuerzo para elevar un conjunto irregular que siembra dudas y desconcierta.
La secuela del archiconocido payaso pierde su razón de ser y su tono político en una película bañada de música. Lady Gaga destaca por su esfuerzo para elevar un conjunto irregular que siembra dudas y desconcierta.
Con el preámbulo de que no estamos ante un film de superhéroes ni de acción convencional, el Joker se presenta como una exhibición, no muy profunda, de la vileza humana, eso sí espléndidamente interpretada.
Una secuela de Deadpool (2016), conservadora de los chistes gamberros que funcionaron con su público anterior y atenazadora del simplismo con el que se acomete la trama.
Una serie de catástrofes atmosféricas hará necesario que el gobierno de Estados Unidos vuelva a recurrir a Lawson, un conflictivo ingeniero que años atrás ya […]